El candidato Fernández, el ciudadano Miguel

«Un partido no está nunca perfecto y formado, en el sentido de que todo desarrollo crea nuevas obligaciones y tareas». Con esta reflexión, de una de sus lecturasfavoritas de Gramsci, el candidato de IU-Los Verdes, Miguel Ángel Fernández, afronta el reto de volver a sentarse como concejal en el plenario ponferradino. Pero la tarea política queda aparcada cada fin de semana y Miguel Ángel «desconecta» y se libera del estrés acumulado durante toda la semana en el pueblo. A última hora del viernes sube a Librán, una pequeña localidad perteneciente al municipio de Toreno de poco más de 30 habitantes, que fue muy activa durante el boom de la minería pero que poco a poco ha ido perdiendo vecinos. Miguel Ángel Fernández aprovecha esos días de «descanso» para hacer pequeñas chapuzas en la casa de la familia y disfrutar de uno de sus mayores hobbies, la carpinteria, en un pequeño taller de madera, donde hace de todo, desde joyeros hasta puertas. «Aquí encuentro la tranquilidad necesaria», asegura el candidato, que en Librán es un vecino más Después de comer le gusta echar una partida a las cartas, el tute o la subasta normalmente, o salir a pasear Aunque ahora ya no hay tiempo para el rebaño de ovejas que tuvo en su día, a Fernández le encantan los animales y tiene dos perros, que le acompañan en esos largos paseos por los montes de su pueblo, que comparte con su mujer Cristina y su sobrina pequeña. Pero estos paseos no siempre son a pie porque, como confiesa, es un hombre práctico y cómodo y «mi Lada Niva, que es ruso, llega a todas partes». Así, Miguel Ángel siempre se muestra cercano y amigo, como el perfecto hombre de izquierdas que es.