Tribuna política | Desde el Rubicón
«Yo a Boston y tú a California»
En el PSOE siguen haciendo sus cábalas y cuentas sobre la Diputación y encomiendan gran parte de sus opciones de ganar a un gran resultado de Francisco Fernández en León
«Esto en tiempos del PP no pasaba», se quejaba ayer un socialista de los de toda la vida. Un secretario de Estado se paseaba hace cuatro años por León y a su alrededor merodeaban todo un mundo de personajes populares -del PP, que no famosos- que no le dejaban ni caminar y si esta visita se producía en campaña electoral a ese paseo se apuntaba hasta el concejal que ya no va en la lista. Pero eso era antes. Por cierto, un inciso hablando de concejales; alguno está apareciendo más ahora, que ya no tiene nada que hacer, y no es que hasta aquí haya hecho mucho, que antes. Pero, volviendo con el secretario de Estado, ayer pasó por León el de Infraestructuras, Víctor Morlán, de camino a Villablino, donde iba a ofrecer un mitin, y se paró en San Andrés a visionar la vía que será soterrada con la llegada del AVE. ¿Quién estuvo con él? Miguel Martínez, solo. ¿Y el resto del PSOE de León? Ni estaba ni se le esperaba. Francisco Fernández, el candidato de León -por donde también se soterra el tren y pasará el AVE- en San Mamés haciendo su campaña, que Víctor Morlán viene a ver a Miguel Martínez. Y eso que Fernández les habló a los vecinos de la zona de cómo va a quedar su barrio después de la integración de Feve. Y es que a los del PSOE, en esta campaña electoral, está visto que sólo los junta el presidente Zapatero y eso no sucederá hasta el próximo día 25, mientras tanto cada uno por su lado, igualito que la película «Yo a Boston y tú a California». Por cierto, por seguir con el Partido Socialista sigue haciendo sus cábalas sobre la Diputación y continúan sopesando cómo les influye la pérdida del diputado en la zona de La Bañeza, la conclusión no puede ser más negativa. Y a quién encomiendan su espíritu: a un buen resultado en la capital leonesa, porque de lo contrario lo que parecía una victoria puede convertirse en una derrota o, como mucho, en un empate no previsto inicialmente.