«Me limitaría a ser fiel a mis promesas; el político es rehén de su palabra, el juez sólo de la ley»
No se ve en asuntos políticos porque su vocación jurídica permanece tan enraizada en su propio intelecto, aún con el paso de los años, que ni se le pasa por la imaginación. Y condiciones no le faltan: es de ideas firmes, hábil en la oratoria, no tiembla ante la presión y está habituado a tomar decisiones. Pero de momento, no tiene la más mínima intención de abandonar Sáez de Miera para cambiarlo por Ordoño II, por suponer. -¿Y si fuera alcalde, qué? -Me limitaría a cumplir mis promesas electorales. Creo que debería de ser la base de cualquier proyecto político. -No es la primera vez que se defiende esa tesis desde este foro, ¿lo sabía? -Es que en realidad, debería de ser el ABC básico de cualquier estamento político. Es como firmar un contrato y luego no cumplirlo.. En realidad, las promesas electorales son como una especie de contrato electoral, y como cualquier otro de este tipo está para cumplirse. -¿Nunca le ha tentado la política? -¡Que va, qué va!. Ni creo que lo haga. Tengo una vocación jurídica tan fuerte y tan decidida, que no creo que la vaya a cambiar nunca por ninguna otra profesión. Yo estoy hecho para lo que estoy haciendo, y no quiero cambiar. Me toca lo mío, que es lo que me gusta, y lo que me satisface más profesionalmente. -¿Qué es lo que menos le gusta del mundillo político? -Es un mundo un poco extraño, por lo menos visto desde fuera, y para mí, al menos a nivel personal, lo peor que me podría pasar es que no pudiera cumplir la palabra que he dado por algún motivo concreto. Eso no lo podría soportar y me parece que, por desgracia, eso sucede más a menudo de lo que sería aconsejable. -¿Quién está más presionado, un político o un juez? -Es muy fácil. El político es rehén de sus palabras y de sus promesas, y el juez, solamente se debe a la ley. Son cosas diferentes. Yo creo que para un juez es muy fácil, simplemente tiene que limitarse a cumplir lo que le dice la legislación, y hacer lo que debe, y a mí me parece que es una maravilla. No creo que haya muchas profesiones así, o a mí, por lo menos eso me parece. -¿Y cuál de las dos profesiones tiene un sentido del deber más acentuado? -Yo conozco la mía, la otra no, y sé que los jueces tenemos un altísimo sentido del cumplimiento del deber y de las obligaciones, y como mi profesión me parece la más bonita de todas las que existen, no quiero compararla con las demás. Pero está claro que los jueces no necesitamos prometer nada, sino simplemente hacer cumplir una normativa que está establecida.