No hay datos objetivos que vinculen a ETA con el 11-M, según los peritos

«No existe ni un solo dato objetivo que vincule a ETA con los atentados de 11-M». Así de tajantes y contundentes fueron los peritos policiales que comparecieron ayer en el juicio para someterse a las preguntas de las partes sobre los múltiples informes existentes en el sumario para esclarecer esas supuestas vinculaciones. La sesión de ayer estuvo dedicada casi íntegramente a la declaración de peritos que han estudiado la financiación de los atentados del 11 de marzo, los teléfonos que activaron las bombas y las relaciones de ETA con el 11-M, el gran caballo de batalla de dos de las acusaciones particulares. Los peritos de la Unidad Central de Información (UCI) dejaron claro que ETA jamás ha comprado explosivos a delincuentes comunes. «O los roban en Francia o los usan de fabricación casera», precisaron. Sobre las hipotéticas vinculaciones entre la caravana de la muerte y el 11-M indicaron que «fue una mera coincidencia, porque Madrid es un punto clave para cualquier organización terrorista y las fechas electorales eran las propicias para llamar la atención». Precisaron que la ruta de la caravana de la muerte era la habitual de ETA, mientras que la utilizada por los islamistas no lo era. «No hubo ningún punto de conexión entre ambas caravanas, no hubo ninguna comunicación», puntualizaron. También dejaron claro que condicionó su trabajo a la hora de hacer el informe: «Sólo nos pidieron que fuéramos lo más escrupulosos posible y nadie cuestionó nuestro trabajo», explicaron. Ante el desacuerdo existente entre los peritos que analizaron los explosivos sobre qué es lo que estalló en los trenes, el presidente del tribunal les preguntó si seguirían descartando la participación de ETA aunque se demostrase que el explosivo del 11-M fue Titadyne. Los expertos respondieron que la investigación cambiaría muy poco, «porque hay suficientes pruebas -incluidos documentos internos de ETA- y argumentos muy contundentes contra los islamistas». Autofinanciación Dos inspectores de la Unidad Central de Inteligencia (UCI) de la Policía Nacional confirmaron ayer al tribunal que juzga el 11-M que la célula islamista acusada de aquellos atentados los preparó y ejecutó con sus propios medios, sin contar con ayuda económica alguna de yihadistas extranjeros ni de otro grupo u organización terrorista.