Diario de León

Los acusa de imprudencia profesional en la custodia de un sospechoso de robar un bolso | Reportaje | Las últimas denuncias |

Una jueza imputa a dos «mossos» por la muerte de un joven detenido Un cuerpo policial bajo sospecha

Según la versión oficial, se dio un golpe al tratar de escapar del coche patrulla

Un participante en una manifestación de okupas es arrestado por un Mosso d¿Esquadra

Un participante en una manifestación de okupas es arrestado por un Mosso d¿Esquadra

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Paco Soto Pablo Carballo - barcelona barcelona
León

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La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Badalona (Barcelona) decidió ayer imputar por «imprudencia profesional con resultado de muerte» a los dos agentes de los Mossos d' Esquadra que iban en el vehículo policial del que supuestamente logró huir Sergio Carmona González, un joven de 22 años que había sido detenido por presunto robo.Según la versión policial, Sergio Carmona, que estaba esposado, se dio un golpe contra al suelo que le causó un traumatismo craneoencefálico, al escapar del coche en marcha rompiendo el cristal de la ventanilla trasera. El joven, que tuvo que ser ingresado en un centro hospitalario de Badalona en estado de coma, falleció ayer, según certificaron los médicos que lo atendieron. La magistrada que abrió las diligencias por el caso imputó a los dos policías autonómicos después de conocer la muerte de Sergio Carmona, según informaron fuentes judiciales.Varios testigos presenciales confirmaron el relato oficial ofrecido por los Mossos d'Esquadra. Sin embargo, la madre del joven, Dolores González, y otros familiares y amigos mantienen que el presunto delincuente murió debido a «la tremenda paliza que le metieron en comisaría», y acusan a los agentes de malos tratos y de simular su fuga. Según familiares y amigos, es imposible que Sergio Carmona «rompiera el cristal con las esposas» puestas, por lo que han decidido personarse en la causa como acusación particular. Rueda de reconocimiento Los hechos sucedieron hacia el mediodía del pasado domingo, cuando Sergio Carmona era trasladado para participar en una rueda de reconocimiento por su supuesta implicación en el robo de un bolso. Según la policía catalana, el joven, aunque iba esposado, consiguió romper el cristal trasero del vehículo de una patada. Al percatarse de lo ocurrido, los agentes frenaron el coche, por lo que el detenido salió disparado y se golpeó la cabeza contra el capó y posteriormente contra el suelo, lo que le provocó lesiones cerebrales irreversibles. Por otra parte, 17 entidades de la sociedad civil catalana se personarán como acusación popular en los casos abiertos en los juzgados de instrucción de Barcelona contra cinco agentes de los Mossos d'Esquadra por dos supuestos casos de maltrato policial a detenidos en la comisaría del distrito de Las Corts. Por otro lado, una treintena de entidades ciudadanas y defensoras de los derechos humanos de Cataluña han suscrito un manifiesto en el que reclaman al Departamento de Interior que prohíba el uso de armas como el kubotán para controlar protestas ciudadanas, y que abra una investigación sobre el uso de este «arma no reglamentaria». Denuncian la actuación de los Mossos en la manifestación okupa celebrada el pasado sábado en Barcelona, en la que algunos agentes utilizaron un punzón de plástico rígido conocido como kubotán. Los Mossos d'Esquadra viven tiempos difíciles. La imagen pública del cuerpo policial catalán se ha visto salpicada en las últimas semanas por varios sucesos en los que sus actuaciones lo han dejado en entredicho. Y los problemas crecen: hasta ahora, habían sido objeto de denuncias particulares, protestas por parte de grupos de dudosa credibilidad y polémicas mediáticas. Ayer tomaron una nueva dimensión, al entrar en terreno judicial: un juez ha abierto un procedimiento contra dos agentes de Badalona.La causa es el incidente ocurrido el domingo, cuando un detenido que era trasladado en coche patrulla cayó del vehículo en marcha y se golpeó en la cabeza. Se confirme o no la versión de los policías, según la cual todo se debió al deseo de huir del detenido y a la mala fortuna en su caída sobre el capó y la calle, lo cierto es que estas acusaciones no le llegan en buen momento a los Mossos. En las zonas rurales de Cataluña, buena parte de su trabajo se limita al control del tráfico interurbano y, como tal, el cuerpo goza de plena integración social y buena imagen, y apenas genera controversias. En Barcelona, sin embargo, a los agentes les tocan las tareas de antidisturbios, lo que los obliga a aplicarse frente a todo tipo de manifestaciones. Uso de punzones Así ha ocurrido este fin de semana, cuando se ha puesto en la picota el uso de punzones de plástico o kubotanes por parte de los agentes, ante las protestas de los okupas a los que se enfrentaron en el centro de la ciudad. Estos artilugios estaban destinados a frenar los excesos de algún manifestante, y los policías justifican su uso especialmente tras la agresión a un agente. Fueron ellos los que se excedieron, sin embargo, hace un par de semanas en la detención de una joven rusa, quien denunció haber sufrido hasta 38 heridas por el maltrato al que fue sometida por parte de los policías. De forma implícita, el cuerpo ha admitido los hechos al suspender de empleo y sueldo a una agente después de que trascendieran imágenes del suceso. Poco antes, cuatro policías más habían sido suspendidos por agredir a un detenido en una comisaría. En varios casos, vídeos grabados por vecinos han llegado a programas de televisión, donde ha quedado claro que las técnicas utilizadas distan a menudo de la ortodoxia policial. En defensa de los Mossos se puede argumentar que es a ellos a quienes les toca enfrentarse con mayor frecuencia a individuos agresivos y violentos. Pero puede que ni siquiera tal atenuante salve de la justicia al agente que, hace menos de un mes, abatió a un esquizofrénico en plena calle con su pistola reglamentaria.

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