Con dos dedos de frente

A TRES no llega ninguno. El candidato socialista a alcalde de la capital, Francisco Fernández, ha hecho por fín una promesa sensata en esta campaña. Básicamente es la que sigue: «Como el Ayuntamiento no tiene un duro y a duras penas quedan en el banco tres millones para invertir después de pagar la nómina de mil y pico funcionarios, lo mejor es que decidan los barrios en qué gastar la calderilla, aquí tapo un bache, allá pongo una farola, en la otra acera una papelera para los botellones y un columpio para niños de teta que aún no han llegado a la edad de votar, etcétera, así que decida lo que quiera cada hijo de vecino, porque a fin de cuentas el dinero es suyo, no mío». A esto se le llama hablar claro sobre los problemas reales de la gente como la vida misma, que es lo que se supone que tienen que solucionar los alcaldes. Lo del Musac, el Auditorio, carriles bici, minicentrales eléctricas en el Bernesga que no dan ni para encender una bombilla y otras ocurrencias por el estilo son pijadas para la gente pija, y valga la redundancia. A mi Paco Raquetas , apodo que le viene de cuando hacía de recogepelotas en el Casino, que cuidaba su familia, siempre me cayó bien. Como Manolo Santana o Severiano Ballesteros. En cambio, nunca me hicieron gracia los chistes del señorito, según los cuales era el único de León que tenía un chalet en Papalaguinda en alusión a la probrina vivienda familiar de quien les cuidaba el césped y las canchas del rebote. «Hace falta sentido común para afrontar la situación con la bancarrota en la que se encuentran las cuentas municipales», ha añadido Fernández. Que luego meta la pata en promesas como el tranvía eléctrico de alta tensión para el centro de la ciudad o el scalextric del paso a nivel del Crucero, cuando sólo pedimos pasar unos por arriba y otros por abajo, es otra cuestión. Debe de tener un asesor con muchas ínfulas, porque esto no es propio de él. La propuesta de Paco sobre el reparto de los pobrines dineros municipales es una de las pocas cosas sensatas que se han oído estos días por aquí. La otra fue cuando Rajoy dijo en León que debería gobernar la lista más votada y no como en las otras elecciones. También es de sentido común, aunque en esto Paco no esté de acuerdo, más que nada por si acaso. Nadie es perfecto.