«Involucraría a gente mayor en el gobierno y liberaría del trabajo de primeras piedras a los políticos»

Flor Juan apenas tenía 23 años y el título de trabajadora social recién estrenado cuando puso en marcha la Asociación de Familiares y Amigos de Alzhéimer (Asfa) en León en un pequeño local del centro de día de personas mayores de San Isidoro. Quince años después es la gerente de esta asociación, que atiende en sus centros de día a más de 200 personas. -Si usted fuera alcaldesa, ¿de qué equipo se rodearía? -Yo implicaría en el equipo de Gobierno a la gente mayor. Las personas mayores tienen muchas capacidades como para que se limiten a entretener su tiempo controlando las obras de La Lastra. Habría que aplicar algo así como una ley de paridad, pero con los mayores, para que también participen en las decisiones. -Y su obra cumbre sería... -La accesibilidad en todos los sentidos: en el de movilidad y comunicación, pero también en el acceso al trabajo. En León me parece importantísimo que se cierre la red de accesos para entrar en la ciudad con fluidez. -Frencuentemente los políticos se olvidan de sus promesas. ¿Qué terapia les aplicaría? -Les daría una lección del valor de la palabra dada. En una sociedad moderna donde la comunicación es el eje de todo, la palabra dada ha caído en el saco roto, en el vacío. Y esto lleva a que no sólo los que prometen se olviden de sus promesas. Hasta la gente se olvida. Hay una falta de memoria que es una falta de responsabilidad. -¿A quién le dedicaría una calle? -No lo sé, pero lo que no haría es quitar el nombre de ninguna. Creo que me inclinaría por algo colectivo que nos involucrara a toda la ciudadanía. -¿Y suprimiría las primeras piedras? -No, no, qué va. Lo que pasa es que liberaría a los políticos de ponerlas. Encargaría de ello a gente influyente de la cultura, del deporte o de otros ámbitos y también a la gente corriente. Delegaría esa parte de la vida de los políticos tan estresante y aprovecharía a todos los jubilados. Un alcalde de 38 años con mentalidad de 80, que tienen mucho sentido común. -Alcaldesa... -Sí, estaría bien que fuera una mujer aunque nos quitaran a los cuatro meses. Introducir la lateralidad femenina en la gestión política seríabeneficioso para todos en un mundo donde el sentido del deber público no mueve a la mayoría de la gente. Y, si lo tiene, a los cuatro días se lo quitan: que si es imposible reducir plantilla, que no se puede hacer tal cosa... -En fin, que no es lo suyo. -No, desde aquí (Asfa) granito a granito veo como contribuimos a cambiar la realidad. En política tienes vender tu alma al diablo.