0 Alea jacta est

Se acabó. Hoy es el gran día. Hoy callan los políticos -que pena que no existan más días como éste- y hablan los ciudadanos y lo hacen con la mayor fuerza que tienen: el voto, con el que decidirán quién o quiénes les gobenarán los próximos cuatro años. Este rubicón iba a estar dedicado íntegramente a loar y ensalzar esta gran jornada, pero los hechos acaecidos ayer en Navatejera vienen a empañar el fin de la campaña y el comienzo de la jornada electoral. Nadie, nadie puede ni debe tomarse la justicia por su mano. La agresión que sufrió ayer un miembro de la lista de Inpovi -aquí el partido poco importa- es un grave atentado a la Democracia y a la libertad de expresión y de pensamiento. Y aquí no valen medias tintas ni paños calientes: o se condena o se está del lado de los agresores. La vida pública está demasiado crispada. Los políticos y determinados medios de comunicación -que aquí tampoco se puede echar balones fuera-, algunos más que otros, se han dedicado a emponzoñar la actual situación política y esto ha llevado a que en un municipio como Villaquilambre una serie de desaprensivos patearan y lincharan en la vía pública a un ciudadano, por el mero hecho de discrepar de sus ideas. Ser político es mucho más que sentarse en un sillón, del Congreso de los Diputados o de un Ayuntamiento, es representar y dar ejemplo. Los políticos deben aprender que no todo vale para atacar al contrario, al rival. Por eso extraña que el candidato de Civiqus, Miguel Hidalgo, emita un comunicado tras la agresión en el que ataca directamente a sus rivales políticos y les acusa de «irresponsables» y «manipuladores». Lo único irresponsable ha sido la agresión sufrida por José Luis Lozano Llamas que casi le ha reventado un ojo, le ha magullado todo el cuerpo y le hizo incluso hasta temer por su vida y eso, señor Hidalgo, no es manipulable, eso se ve y se siente y sino pregúnteselo al agredido.