Sincronización aérea espectacular pese a los despegues desde tres bases
Los aparatos formaron con especial sentido de la estética
El desfile propiamente dicho arrancó con la sección aérea. El Ejército del Aire lució cuatro F-18 para ir abriendo boca a los espectadores, continuó con los Mirage F-1 y los F-5, dio paso luego a los T719 y a otros cuatro C-16 y C-235 para cerrar con los míticos Colibrí, con tres Tigre (la actual joya de la corona, que se estrenaban además en León), otros dos Chinook del Ejército de Tierra y una nueva y espectacular pasada de la Patrulla Águila. La Armada estuvo representada por cuatro aviones AV-8B de la novena escuadrilla, dos helicópteros AB-212 de la tercera escuadrilla, otros dos SH de la quinta y un SH 60B de la décima escuadrilla. Los helicópteros habían despegado desde la Virgen del Camino, los caza bombarderos desde Salamanca y el resto de la flota desde Valladolid. Todos ellos se fusionaron como uno sólo, para comparecer en el momento exacto y en el punto justo de los cielos leoneses, en formación cuadrada y, en el caso de la Patrulal Águila, dejando además tras de sí una estela con los colores de la enseña nacional. Todos los aparatos aéreos, en suma dieron una lección de buen hacer y del grandísimo nivel al que se mueve el Ejército del Aire en la actualidad en todo el país.