De Juana se niega a comer y a hacer los ejercicios para su recuperación
Iñaki de Juana Chaos rechazó este jueves desayunar y almorzar como protesta por su regreso a la cárcel. De Juana, que se encuentra interno en una celda individual en la enfermería de la prisión Madrid VI (Aranjuez), sin embargo no ha notificado oficialmente a la dirección del centro, tal y como hizo en anteriores ocasiones, que haya comenzado una nueva huelga de hambre como la que llevó a cabo antes de que el 1 de marzo el Gobierno decidiera trasladarle al hospital Donostia de San Sebastián. Según informaron fuentes penitenciarias, el recluso rehusó en las dos ocasiones la comida con gestos. Tampoco aceptó el tratamiento médico prescrito por los especialistas del centro médico donostiarra para recuperarse de las secuelas del pasado ayuno voluntario. De Juana, igualmente, se negó a realizar los ejercicios aeróbicos para mejorar el tono muscular ni a pasear en el patio tal y como le había recomendado los doctores. Incomunicado Responsables penitenciarios, que explicaron que el ex miembro del comando Madrid se encuentra incomunicado y que no mantiene relación con otros internos, señalaron que el equipo médico de la prisión le realizó un examen nada más llegar en el que constató que su estables vitales son normales, aunque el interno se encontraba «muy cansado» tras el viaje por carretera desde Guipúzcoa a Madrid. El pasado miércoles, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, pidió al juez de Vigilancia Penitenciaria de este tribunal, José Luis de Castro, que autorizara a Instituciones Penitenciarias a alimentar de manera forzosa al interno si éste vuelve a su huelga de hambre. En concreto, reclamó que diera luz verde a los médicos de Instituciones Penitenciarias para que utilicen todos los «medios médicos y sanitarios necesarios» en cuanto detecten que existe un «riesgo o peligro cierto para su integridad». El ex ministro de Defensa y ex presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, calificó al etarra de «excremento de la especie humana» y se mostró convencido de que cuando muera «las campanas de las gentes de bien no van a doblar, van a repicar». Bono hizo estas consideraciones ante los medios de comunicación.