| Crónica | El día después |
«Más tranquilos que el Bomba»
Vecinos y empleados de negocios aledaños al banco se sienten vulnerables tras conocer la despreocupación con la que actuaron los atracadores a hora punta y en el centro de la capital
«Para que no sospechara nadie en la calle, tuvieron que salir del banco más tranquilos que el Bomba», elucubraba ayer la dependienta de una pastelería ubicada frente a la sucursal del Deutsche Bank saqueada el día anterior en pleno centro de la capital y en hora punta. «No vimos nada de nada», repite. Como ella, la mayor parte de los empleados de los establecimientos comerciales y bancos que se encuentran en el entorno de la entidad que acaparó toda la atención mediática en la tarde del jueves. «Sólo me pareció raro ver la furgoneta de Prosegur yendo hacia adelante y hacia atrás, pero no le dimos mayor importancia», comenta uno de los testigos. Los demás no vieron algo anormal ni se percataron de lo que estaba ocurriendo dentro del banco. Ni los farmacéuticos de la botica situada junto al banco ni los empleados de la peletería aledaña recuerdan un solo movimiento sospechoso, pese a que los autores del atraco obligatoriamente tuvieron que merodear por la zona antes de cerciorarse de que no iba a haber clientes. La entidad bancaria refozó ayer la seguridad con la presencia permanente de un guarda. Los empleados regresaron con normalidad al trabajo, aunque no abrieron al público para concluir el arqueo del dinero y los papeles y evitar el paso de la prensa. Pese a la discreción de los empleados, los equipos de televisión permanecieron durante toda la mañana frente al banco para captar las últimas imágenes de un delirante suceso que mañana, quizá pasado, deje de ser noticia. Vulnerables «En León sólo salimos en la tele para las desgracias», se lamentaba la dependienta de un comercio de la Gran Vía. Descartado que se trataba de El Solitario -atracador de disparo fácil en busca y captura por las fuerzas policiales-, los «vecinos» del banco apuntaban su preocupación hacia la vulnerabilidad que ha evidenciado este atraco perpetrado en una de las zonas más transitadas de la ciudad. «No podemos sentirnos seguros sabiendo que dos personas han pasado por aquí armadas, que han robado un banco y se han ido tranquilamente sin que absolutamente nadie les haya visto. Es alucinante», comentaba una dependienta a mediodía.