Los dos marcaron la distancia

Era la novena reunión entre Zapatero y Rajoy en la legislatura y los especialistas en gestos estaban preparados. El presidente no bajó en esta ocasión la escalera para recibir a su invitado a pie de coche ¿Cómo cabe interpretar este gesto que indica mayor frialdad?. Puede ser un reflejo de que la relación personal entre ambos se ha deteriorado, un deseo de marcar distancias o ambas cosas a la vez. Ya, arriba, largo apretón protocolario de manos y sonrisas un tanto forzadas. Luego, una hora y media de reunión, de la que tan sólo trascendió lo que De la Vega y Rajoy han querido contar. Pero, como declaraba el portavoz adjunto del PNV en el Congreso, José Ramón Beloki, en todo ese tiempo han tenido que hablar de mucho más. En su opinión, es en la letra pequeña de lo que hayan debatido donde está el meollo de la cuestión, si es que la hay, cabe añadir, más allá de la volunta de unirse contra ETA. Como ya hizo en los dos encuentros anteriores, Rajoy prefirió acudir a Génova y marcar distancias con el «territorio comanche» monclovita. No le gusta aparecer en el mismo plano y lugar que De la Vega. Su adversario es Zapatero. En su comparecencia tuvo un lapsus cuando dijo «la banda ETA es una gran nación, España, perdón es una gran nación».