Diario de León

Otra de las acusaciones relaciona los hechos con el papel internacional

La filial de la AVT reitera que en el 11-M?intervino?una cuarta?trama El juez Bermudez frena las críticas de la fiscal a los medios que defienden?la?teoría?de?la conspiración

La Fiscalía considera inaplazable la regulación de los confidentes policiales

Olga Sánchez, durante la exposición de su informe final

Olga Sánchez, durante la exposición de su informe final

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Julio Á. Fariñas - redacción | madrid j. a. f. | madrid
León

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La representación procesal de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M -la filial de la AVT que preside Francisco José Alcaraz- considera que los 29 acusados son sólo una parte de la verdad. Por eso sostuvo ayer en su informe que en los atentados del 11 de marzo intervino «una cuarta trama de la que no excluimos a nadie». Para sorpresa del auditorio, el letrado José María de Pablos precisó que «en ningún momento afirmamos que ETA tenga que ver con los atentados, pero no lo negamos». Según esta acusación, que dedicó la primera parte de su informe a justificar su polémico papel en el proceso, está clara la implicación de las otras tres tramas -la asturiana, la del Chino y la yihadista que lideraba el Tunecino-, pero el viaje de vuelta de Asturias con los explosivos por un recorrido atípico, la semana previa a los atentados, en Morata de Tajuña, el conductor de la Renault Kangoo -«un español con acento español»-, la mochila de Vallecas y el Skoda Fabia los lleva a pensar que intervino «alguien más». Por derroteros muy distintos discurrió el informe de la asociación que preside Pilar Manjón, que apuntó al nuevo papel de España en el contexto internacional y a la renuncia a la neutralidad tradicional de nuestro país como una de las causas del atentado, «el mayor ataque en Europa contra la población civil después de la Segunda Guerra Mundial», dijo. Por la mañana, el fiscal Carlos Bautista concluyó el informe de la Fiscalía recordando que es inaplazable la regulación de los confidentes policiales. Desgranó de forma minuciosa la jurisprudencia que en su opinión permite rechazar las impugnaciones presentadas por las defensas. Olga Sánchez concluyó ayer su parte del informe de la Fiscalía: la concreción de las pruebas de cargo contra los acusados. Como se temía, terminó de forma un tanto dramática porque, tras más de tres años de un trabajo que le costó todo un rosario de insultos, descalificaciones y vilipendios, más o menos merecidos, la traicionaron las emociones. Al final de su largo y lento informe, no se resistió a la tentación de dedicarle su trabajo a las víctimas y de arremeter contra los que han criticado su trabajo. «Hay personas que pudieron aprobar la carrera de periodismo, pero que no tienen la altura y grandeza para desempeñar esta profesión», llegó a decir. Para sorpresa de unos y alivio de otros, el presidente le cortó diciendo que «en la sala no tienen cabida reproches a personas que no son parte del proceso y, por tanto, no son objeto del juicio». Ahí acabó todo ante las cámaras, pero luego vinieron las lágrimas. Olga Sánchez necesitó más de cinco horas para desgranar ante el tribunal un exhaustivo informe final con el que sepultó a los 27 procesados bajo una montaña de pruebas y indicios que apuntalan su culpabilidad. Acabó exhausta y emocionada, pero las fuerzas le llegaron para dedicar sus tres años y medio de esfuerzos a las víctimas de la masacre. El alegato resultó abrumador y también farragoso, pero fue el complemento necesario a la intervención previa de su superior, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, que el lunes expuso durante algo más de una hora las grandes conclusiones sobre los atentados y puso al descubierto los intereses políticos que han dificultado y enredado el avance de la investigación judicial de la mayor masacre terrorista vivida en España. Tras esa visión global del sumario, la fiscal Sánchez rebuscó en el sumario las pruebas que sustentan su acusación. Comenzó el lunes a las 17.00 horas y concluyó este martes, pasadas las 13.00 horas, y en ese lapso no dejó pasar un solo elemento que ayude a cimentar una condena. Incluyó una hora de antecedentes sobre la red Al Qaeda que le permitieron afirmar que la masacre del 11-M fue impulsada y reivindicada por esa red.

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