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Acusan a los abogados de la AVT de dar pistas a los defensores de ETA

Díaz de Mera también será denunciado por encubrimiento

El abogado de El Conejo recrimina a la fiscalía por utilizar «trucos de poca monta» Los delirios del ex de Mangouras

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Julio Á. Fariñas - madrid
León

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Las acusaciones particulares en el juicio del 11-M concluyeron ayer sus informes con durísimos ataques contra sus homólogos que dedicaron todos sus recursos dialécticos a desvirtuar o cuestionar, con más o menos disimulo, las pruebas de cargo que se recogen en el sumario contra los 29 acusados sentados en el banquillo. Los alegatos más contundentes fueron los del letrado gallego Manuel Murillo Carrasco, que defiende los intereses de una víctima -Guillermo Pérez Ajate- que perdió en los trenes su mano izquierda, la única que tenía útil. No menos contundente fue el catalán Fuster Fabra, que dirige el equipo jurídico de la Asociación de Pilar Manjón. Ambas acusaciones coincidieron en defender el trabajo realizado por los cuerpos policiales que investigaron los atentados, especialmente los Tédax y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que fueron el blanco preferido de los ataques de los promotores y sustentadores de la teoría de la conspiración. Manuel Murillo no dudó en calificar esta investigación de «éxito sin precedentes» de la policía española, que consiguió identificar y detener a los presuntos autores en un tiempo récord, mientras que Estados Unidos, seis años después del 11-S, sólo consiguió presentar cargos contra una persona: el supuesto tesorero de la organización terrorista. Murillo anunció nuevas acciones judiciales contra el eurodiputado Díaz de Mera, ex director general de la Policía, porque disponía de información suficiente y, a pesar de ello, intentó desviar la atención hacia otros terroristas. Ello, a juicio de este letrado, puede ser un delito de encubrimiento. No menos contundente fue el informe de Fuster Fabra, quien dijo que «flaco favor le hacen a la lucha antiterrorista los que meten a ETA donde no está y se dedican a dar pistas a los abogados de los etarras». Por la tarde, ya informaron tres defensas. Empezó la de Rachid Aglif, El Conejo, quien no dudó en acusar a la fiscalía de utilizar «trucos de poca monta» por utilizar la sentencia que condenó al Gitanillo.