Asombro e ilusión ante el edificio

La celebración de la sesión constitutiva de las Cortes no fue una más. El arranque de la séptima legislatura tuvo ayer un único protagonista: la nueva sede de la Cámara, en Valladolid. Uno a uno, los invitados, procuradores y miembros del Gobierno autonómico en funciones fueron llegando al nuevo hemiciclo. El asombro ante las dimensiones del edificio y la comparación lógica con el Castillo de Fuensaldaña fue una nota común en todos ellos. No en vano, muchos era la primera vez que se adentraban en la nueva sede. La expectación se mezclaba a con la desorientación. Los invitados llegaban a unas puertas nuevas, por un pasillo nuevo y era inevitable preguntar. «No sé dónde tengo que ir», comentó alguno. Por suerte para sus señorías y para el resto de la concurrencia, también para los medios, un diligente equipo de la casa iba indicando los pasillos, ascensores y accesos al hemiciclo, tribuna de invitados y prensa. A pesar de que el comienzo estaba previsto para las 12.00 horas, la alfombra roja comenzó a recibir asistentes desde más de 60 minutos antes.