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La vigilancia conjunta ha reducido a una décima parte las embarcaciones llegadas a Canarias

España arranca de Senegal un año más de patrullas para frenar los cayucos El premio Nobel de Economía dice que la política española es correcta

Los demás socios europeos en el dispositivo han abandonado la zona en el último mes

Un voluntario de Cruz Roja ayuda a uno de los inmigrantes llegados al Puerto de los Cristianos

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Melchor Sáiz-Pardo - madrid efe | toledo

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Las patrulleras de la Guardia Civil surcarán un año más las aguas de Senegal para interceptar cayucos con destino a las Islas Canarias. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y su homólogo senegalés, Ousmane Ngon, firmaron a última hora del viernes en Dakar un acuerdo que autoriza a la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) seguir desplegada en el país africano hasta verano de 2008. Rubalcaba visitó este sábado en la dársena militar de Dakar las dos embarcaciones que el instituto armado, las patrulleras Río Cabriel y Río Ara, tiene en este país africano desde que en septiembre del pasado año comenzara a funcionar el dispositivo Frontex. Los responsables de la Guardia Civil explicaron que ambos navíos, que operan bajo órdenes del Ejecutivo de Dakar y con gendarmes y marinos senegaleses a bordo, han interceptado en aguas internacionales próximas a las costas senegalesas 14 cayucos durante los últimos diez meses con cerca de 1.500 sin papeles a bordo. Además de estas dos patrulleras con sus respectivas dotaciones de 16 guardias civiles, España mantiene en Senegal un helicóptero del Cuerpo Nacional de Policía, con dos pilotos y un mecánico, para vigilar el litoral del país. Estos medios personales y materiales españoles son los únicos de Frontex presentes en Senegal este mes, después de que italianos, portugueses y franceses hayan retirado hace unas semanas sus aviones y embarcaciones. Alfredo Pérez Rubalcaba restó importancia a esta ausencia de cooperación europea y aseguró que los socios mediterráneos volverán en breve a la zona. El ministro anunció, no obstante, que la presencia española en Senegal para combatir la inmigración clandestina se reforzará con un avión, que suplirá a la aeronave italiana que ha regresado a su base. «No vamos a renunciar a Frontex, es básico para nosotros», explicó el titular de Interior. 2.000 repatriados Junto con el operativo comunitario, el espinoso tema de las repatriaciones de indocumentados llegados a las costas canarias centró las conversaciones entre Pérez Rubalcaba y Ngon durante la I Cumbre Hispano-Senegalesa sobre Inmigración. Aunque la delegación española no quiso hacer público el número de personas devueltas ante el rechazo que estas deportaciones provocan en la opinión pública senegalesa, la cifra de este año supera los 2.000 indocumentados, la mitad de ellos llegados a Canarias. El ministro senegalés se felicitó, por su parte, de que el patrullaje conjunto haya reducido durante el inicio del 2007 a la décima parte el número de embarcaciones arribadas a Canarias, ha pasado de 901 a 101. Ngon no quiso dejar pasar la ocasión de recordar a las autoridades españolas que las repatriaciones tienen que tener una contraprestación en forma de ofertas de trabajo para los inmigrantes legales y que el Gobierno de Abdoulaye Wade aspira a cerrar al menos 4.000 contratos anuales y a que el Ejecutivo de Madrid no imponga cupo alguno a los senegaleses. El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, no quiso avanzar una cifra y confió en que los contactos de la delegación de 30 empresarios españoles que acompaña a las autoridades españolas aumente de forma significativa las todavía escasas cifras de contratos, 150 cerrados y unos tres centenares en trámites. En esta línea de potenciar los contratos en origen como forma de disuasión a la inmigración clandestina, Caldera anunció que España creará en Senegal cinco escuelas taller, similares a las patrocinadas en Iberoamérica, para la formación de trabajadores que luego puedan a emigrar de manera regular. Pérez Rubalcaba y Caldera cerraron su visita oficial a Senegal con un encuentro privado con Wade en su residencia particular en las afueras de Dakar, una invitación que no estaba en el programa y que la diplomacia española destacó como reflejo de las «espléndidas relaciones» entre Madrid y Dakar renacidas hace ahora un año a partir de la crisis de los cayucos. Estos vínculos, anunció el ministro del Interior español, se reforzarán en una Conferencia Regional de Inmigración que auspiciarán ambos países y a la que se invitará a otros estados africanos emisores de emigración irregular hacia España. Por otra parte, asociaciones de inmigrantes iberoamericanos en Madrid celebraron ayer un encuentro con el objetivo de formar una agrupación que canalice sus demandas ante las administraciones públicas y privadas. El representante de la Red «Unidos somos Más», Raúl Jiménez, explicó a Efe que la reunión también ha intentado formar a las asociaciones y dotarles de herramientas. El Premio Nobel de Economía en el 2001 Joseph E. Stiglitz dijo ayer que la política de inmigración de la Administración española «es la correcta», pues una «política que intenta que todos los inmigrantes que estén aquí en España tengan su documentación, que sean inmigrantes regulares, documentados, es el camino acertado». Stiglitz, que mantuvo ayer en Toledo un encuentro con el vicepresidente en funciones de Castilla-La Mancha, Fernando Lamata, y que recientemente ha participado en Madrid en una reunión sobre inmigración, afirmó que «el tema de la inmigración se está debatiendo muchísimo tanto en España como en Estados Unidos», ya que «se está convirtiendo en un problema de gran alcance». Indicó que ello se debe, por una parte, a que están llegando muchísimos inmigrantes a ambos países y, por otra, por el desafío que suponen las personas indocumentadas. Afirmó que «tanto en España como en Estados Unidos está muy claro que nuestras economías no podrían funcionar sin la aportación que hacen los inmigrantes que están en nuestros países». Stiglitz indicó que los inmigrantes «son un activo esencial», en el caso de Estados Unidos «en todos los aspectos de nuestra economía, desde la agricultura a la construcción».