| Crónica | La reacción de los libaneses |
«Si mueren españoles, es su problema, no el nuestro»
Los habitantes de Khiyam, donde el atentado acabó con la vida de seis militares españoles, minimizaban ayer lo sucedido y continuaban con su vida normal, mientras que el miedo se extiende entre los pueblos cristianos, que guardan más relación con los españoles. Jiam es la mayor población de las que caen bajo la zona española. De población casi exclusivamente chií, la vida era normal la mañana después del atentado, con todos los negocios abiertos, y nada hacía pensar que ayer en sus inmediaciones se hubiera producido un atentado como el de ayer. La mayoría de los interrogados aseguró no haber oído siquiera la explosión del coche bomba, algo difícil de creer cuando, según pudo comprobar Efe, se escuchó desde varios kilómetros a la redonda. «Si mueren (los españoles), es su problema, no el nuestro -dice tajante Amin Abu Abás, para disipar cualquier duda- ¿Por qué nos va a preocupar, cuando aquí estallan cada día bombas de racimo y matan a inocentes por los que nadie pregunta?». Su vecino Husein Abu Abdala asiente y añade: «El único que nos defiende aquí es Hizbulá. Mientras ellos estén acá, no tenemos miedo». Desde un principio, la relación de los habitantes de Jiam con las fuerzas de interposición de la Finul ha sido tensa, y esto se ha repetido casi sistemáticamente en todas las aldeas y pueblos chiíes, que achacan a la Finul haber llegado para proteger a Israel y no a los libaneses. Los incidentes contra las fuerzas han menudeado en forma de pedradas o incluso de desencuentros con militantes de Hizbulá que en más de una ocasión han impedido a los militares continuar con sus actividades. Según la resolución 1.701 de la ONU, que puso fin a la guerra entre Israel y Hizbulá, la Finul se compone de 15.000 personas y está desplegada en el sur del país para impedir un nuevo repunte de hostilidades entre el grupo chií y el vecino del sur. Tanto Abu Abás como Abu Abdala no tienen ninguna duda de la responsabilidad de lo sucedido: el gobierno libanés, el primer ministro Fuad Siniora, el líder druso Walid Yumblat, el cristiano Samir Geagea -todos ellos opuestos a Hizbulá-, más Israel y Estados Unidos, por este orden. Basta desplazarse un poco al norte, hacia Marjayún, para percibir el muy distinto ambiente que se respira en esta población, capital del sector cristiano. El miedo se ha apoderado de su gente, todas las tiendas están cerradas a cal y canto y los veraneantes del norte abandonaron ayer la región a todo correr, huyendo de lo que cada vez se parece menos a un tranquilo rincón fresco de montaña.