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El Estatuto de Autonomía dificulta las conversaciones entre Coalición Canaria y el PP

El mapa autonómico gira a la izquierda

A falta de Navarra, los socialistas gobiernan en nueve comunidades y los populares en seis Coalición

Los diputados del Congreso durante el minuto de silencio en memoria de los seis soldados fallecidos

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R. Gorriarán - madrid r. g. | madrid
León

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Tras las elecciones del 27 de mayo y las ulteriores negociaciones, el PSOE gobierna en nueve comunidades autónomas, mientras que el PP tiene esa misma responsabilidad en seis. Sólo queda por resolver la incógnita de Navarra para cerrar la configuración del mapa autonómico. El reparto del poder territorial ha experimentado un vuelco en los últimos 12 años. Las elecciones de 1995 dieron al PP una hegemonía aplastante, se hizo con el gobierno de 11 comunidades y dejó arrinconado al PSOE en sus tres feudos tradicionales, Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha. Pero la radiografía surgida de los últimos comicios muestra un escenario muy distinto. Los socialistas gobiernan o están a punto de cerrar pactos para hacerlo en Asturias, Cantabria, Aragón, Baleares, Extremadura y Castilla-La Mancha, además de Galicia, Cataluña y Cataluña que no celebraron elecciones el 27 de mayo. Los populares tienen en su activo gubernamental La Rioja, Madrid, Comunidad Valenciana, Canarias, Castilla y León, y Murcia. Sólo falta Navarra para aclarar el panorama del todo. La presidenta del Parlamento foral empezará las consultas con los candidatos el jueves y nada está decidido. Los tiras y afloja entre los socialistas navarros, inclinados al pacto con Nafarroa Bai e IU, y la dirección federal del PSOE, reacia a esa fórmula, no amainan y el calendario avanza inexorable hacia el 30 de julio, fecha tope. Si el candidato del PSN, Fernando Puras, dice que las diferencias con NaBai «no son insalvables», el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, aprecia que son «profundas». Entretanto, UPN mira los toros desde la barrera con la esperanza que se imponga el criterio de Madrid. Hacia qué lado se incline el Gobierno foral no es baladí. No se trata sólo de una cuestión numérica en el conjunto de España, si gobiernan los socialistas tendrían diez autonomías bajo su égida y el PP, seis, sino de la lectura nacional de un acuerdo del PSOE con una formación nacionalista que aspira a unir Navarra con Euskadi y las consiguientes consecuencias en un debate político. Investiduras Mientras se deshoja la margarita navarra, se suceden las investiduras de los nuevos gobernantes autonómicos. Esperanza Aguirre superó ese trámite en la Comunidad de Madrid el 19 de junio; Francisco Camps revalidó este lunes su mandato en la Comunidad Valenciana; y José María Barreda y Ramón Luis Valcárcel siguieron hoy el mismo camino en Castilla-La Mancha y Murcia. Los populares Juan Vicente Herrera y Pedro Sanz serán investidos presidentes de Castilla y León y La Rioja este miércoles; y el socialista Guillermo Fernández Vara se estrenará el mismo día como presidente de Extremadura en reemplazo del histórico Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Para la próxima semana quedarán las tomas de posesión de Vicente Álvarez Areces en Asturias, donde los socialistas tienen casi cerrado el acuerdo con IU para renovar el mandato; al igual que en Aragón, donde Marcelino Iglesias tiene ultimado un pacto con el PAR. También es posible que en los primeros días de julio sea investido el regionalista Miguel Ángel Revilla en Cantabria con el apoyo del PSOE. El socialista Francesc Antich, a caballo de una alianza hexapartita, será el nuevo presidente de Baleares cuando su aliada y presidenta del Parlamento autonómico, María Antonia Munar, fije la fecha. En Canarias, todo apunta a que la investidura del nacionalista Paulino Rivero tardará un poco más porque las negociaciones entre CC y el PP no son fáciles por las diferencias en torno al estatuto de autonomía.