La defensa de Carmen Toro alega que al ser mujer no cuenta entre los islamistas

«Tratándose mi cliente de una mujer, y por otra parte de islamistas yihadistas, no es posible la conexión porque los radicales no admiten la presencia de mujeres». Este fue uno de los argumentos esgrimidos por la letrada Mónica Teresa Peña Maesso para convencer al tribunal de la inocencia de Carmen Toro Castro, la ex mujer de Emilio Suárez Trashorras. Esta acusada, que logró pasar bastante desapercibida hasta la fase final del juicio, se enfrenta a acusaciones que reclaman penas de cárcel que oscilan entre los seis años que pide el fiscal -inicialmente sólo reclamaba cuatro- a los más de 38.000 que solicitan algunas acusaciones particulares, al equiparar sus responsabilidades a las de su ex-marido. Según su defensa las acusaciones carecen de contenido y se ensañan con ella, «olvidando incluso la existencia de los derechos humanos», lo que la letrada atribuye a la condición de mujer de su defendida. La letrada presentó a Carmen Toro en el momento de su detención como una mujer inmadura -entonces tenía 20 años- recién casada con un enfermo mental y muy apegada a su madre, que deja la toma de decisiones en manos de los demás. Lo de «cari dí lo que sea pero a mi no me metas» está sacado de contexto. La frase la dijo Carmen en presencia policial y «con candidez» fue la siguiente: «Emilio di lo que sepas de tus actividades pero a mi no me metas en ellas». Concluyó que Carmen Toro está en el banquillo por ser la mujer de Trashorras.