Una empresa de La Coruña, única adjudicataria del suministro de inhibidores

Electrosoni S.L., una pequeña empresa coruñesa, es la adjudicataria del contrato de suministro de los inhibidores que usará el Ejército español en el Líbano. La sociedad limitada, que cuenta con un capital social de 24.048,48 euros y tiene nombrado como administrador único a Manuel Díaz Fernández, se dedica a la fabricación de válvulas, tubos electrónicos y rayos X. Actualmente cuenta con un local en la ciudad, ubicado en la avenida de Monelos. En Internet también figura otro en la calle Sinforiano López. Un enorme secretismo la rodea. El local de Sinforiano López carece de cualquier tipo de identificador y el de Monelos se emplaza en un entresuelo. En la mañana de ayer, sus empleados de Monelos permanecieron cerrados a cal y canto, no contestaron ni el timbre ni el teléfono y cuando, a las 14.00 horas, llegó el turno de salida se negaron a hablar, alegando que nada podían decir. La tónica era la misma en el local de Sinforiano López. Solamente por la tarde, una empleada atendía el teléfono, explicando que no contaba con autorización para dar ningún tipo de información. Según expertos consultados, la actitud de la empresa es la habitual en este sector, donde la discreción en fundamental para lograr la continuidad de los contratos. En el caso de Electrosoni S.L. la postura es de sobra conocida por los que se mueven en el terreno de la seguridad, ya que no suelen presentar sus adelantos en exposiciones y unicamente mantienen trato directo con aquellos con quienes negocian. Los mismos expertos indican que la función de estos inhibidores consiste en barrer la frecuencia de arriba a abajo, inundando de radiofrecuencia unos 80 metros, lo que impide que estalle un explosivo accionado por control remoto aunque alguien lo accione. Estos inhibidores también pueden ser también de multifrecuencia, interceptando en este caso las frecuencias de los teléfonos móviles. El inhibidor es de pequeño tamaño, sobre unos 20 centímetros de largo, 15 de ancho y una altura de 10 aproximadamente. Los expertos afirman que, de saber los terroristas su existencia, probablemente hubieran cometido el atentado con sistema de cable.