Garzón ordena la búsqueda de tres terroristas tras encarcelar a «Artito»

TEl juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decretó ayer el ingreso en prisión de Aritz Arginzoniz Zubiaurre «Artito», el etarra detenido el pasado martes en la estación de autobuses de Santander. El juez, tras interrogarle durante tres horas, le acusó de integración en banda armada y de tenencia ilícita de armas y explosivos. Además, el magistrado ordenó la búsqueda y captura del jefe militar de la banda, Garikoitz Aspiazu «Txeroki» y de los otros dos componentes del denominado «comando Larrano» desplazado a Cantabria: Eneko Zurrabeitia Salterain «Sorgin»; y Saioa Sánchez Iturregi «Hintza», novia de Arginzoniz. El talde, que ya tenía los explosivos en su poder, recibió órdenes de Txeroki de atentar con un gran coche-bomba de 50 kilos de amonal contra un edificio público de la capital cántabra, a elegir entre un extenso listado. Baltasar Garzón, en el auto de prisión de Arginzoniz, relata con todo lujo de detalles el recorrido del «comando Larrano», desde su creación con los activistas huidos del «comando Vizcaya» desarticulado en diciembre tras el hallazgo de los zulos de Amorebieta hasta su desarticulación con la captura del liberado en la estación de autobuses. Larrano era el nombre de un comando de ETA que en verano de 1996 protagonizó una intensa «campaña de verano» con bombas en varios puntos de Andalucía. Según el magistrado, Arginzoniz e'Hintza', tras escapar a la redada del pasado diciembre, llegaron a la localidad vascofrancesa de Hendaya, donde fueron recibidos por el «aparato de acogida» de ETA. Allí, en la casa de un activista conocido como Capu, que no ha sido identificado, vivieron hasta marzo. Un periodo en el que recibieron cursillos de armas y ETA aprovechó para hacerles documentación falsa. En marzo, 'Capu' trasladó a los dos etarras a la localidad de Limoges, donde conocieron al que iba a ser el tercer componente del «comando Cantabria», «Sorgin», y a otro terrorista Aitzol Etzaburre Artetxhe «Txikitxe».