El comando Vizcaya desarticulado en diciembre fue sorprendido en pleno intercambio de explosivos

El juez Baltasar Garzón desvela en el auto de prisión de Aritz Arginzoniz varios detalles hasta ahora desconocidos de la fortuita desarticulación el pasado diciembre del último «comando Vizcaya», al que pertenecía el ahora detenido. La Policía supo de la existencia del talde porque varios de sus integrantes fueron sorprendidos en Amorebieta en plena operación de intercambio de explosivos y dinero. Garzón explica que Arginzoniz, hasta entonces un ciclista vizcaíno con cierto futuro en el ciclocross, se integró en ETA en agosto del año pasado, después de «aceptar la propuesta» de Txeroki. El deportista comenzó su corta y accidentada carrera como terrorista en octubre del año pasado cuando acogió en su domicilio de la calle Valentín Berriotxo de la localidad vizcaína de Elorrio a los que serían dos de sus futuros compañeros del breve comando Vizcaya: los liberados Garikotiz Etxebarria Goikoetxea «Jon», y Saioa Sánchez Iturregi «Hintz» que a la postre se convertiría en su novia. El ciclista se puso a disposición del comando. Garzón relata que llevó en su coche a Etxebarria y a Sánchez a los «lugares que le marcaban», y que el 22 de diciembre de 2006 les trasladó a la estación de Berriz y a un merendero de Amorebieta, ambos en Vizcaya, para que los terroristas buscaran un sitio donde intercambiar y esconder los explosivos.