La dimisión de Piqué abre una crisis en el PP a pocos meses de las elecciones

A pocos meses de la celebración de las elecciones generales, Mariano Rajoy sufre la pérdida de uno de sus dirigentes más destacados con la renuncia de Josep Pique, que presentó este jueves la dimisión a la presidencia del PP catalán en el que se abre ahora una grave crisis. El líder de los populares renunció a su cargo al considerar mermada su autoridad por la actuación del secretario general, Ángel Acebes, a quien fuentes cercanas a Piqué acusan de haber presentado como una imposición de la dirección nacional el nombramiento del equipo electoral para Cataluña que ambos habían pactado. Rajoy conoció la renuncia de Piqué de viva voz del dirigente catalán cuando éste le llamó a Huelva, a donde viajó el presidente 'popular' para la clausura de la escuela de verano del PP. El presidente del PP de Cataluña se declaró víctima de una maniobra de la dirección nacional para cambiar los derroteros del partido que hasta ahora ha estado bajo su responsabilidad. Aunque su jefe de filas le pidió que aplazara la renuncia hasta su regreso a Madrid, no obtuvo éxito. Tras la conversación telefónica, Piqué hizo oficial su dimisión irrevocable mediante una carta en la que acusa a la dirección nacional de inmiscuirse en el partido de Cataluña y perjudicar «la imagen y la autoridad personal de su presidente y su equipo». Tan intempestiva reacción fue la respuesta a los desencuentros del líder catalán y Ángel Acebes que se agravaron el pasado miércoles cuando el secretario general comunicó a la dirección del partido en Barcelona los nombres del nuevo equipo electoral pactados con Piqué. El entorno del dirigente catalán a acusa a Acebes de haber acudido a Cataluña para presentar los nombramientos como una imposición de Madrid y una prueba de su autoridad. Le culpa, asimismo, de la filtración a varios medios de comunicación de la noticia, presentada, efectivamente, como un golpe de timón de la dirección nacional al partido en Cataluña. De hecho, éste fue el argumento esgrimido por el propio dimisionario como el detonante que desencadenó su renuncia. En las filas del PP se acogió con desigual reacción la noticia. Para los más centristas supone un grave daño al partido y un importante varapalo a las expectativas electorales de Rajoy, mientras que para los detractores del sector catalanista y acérrimos adversarios de Piqué resultó un alivio. Aunque la organización del partido catalán cuenta con recursos para mantener su funcionamiento a pesar de la marcha de su presidente, la cercanía de los comicios generales y la consiguiente campaña abre un panorama complicado para el PP. Fuentes oficiales aseguran que el presidente del partido «respeta la decisión» del dimisionario y señalan que la situación interna se solucionará dentro de la «normalidad», como se hizo en el caso de Baleares cuando Jaime Matas abandonó la dirección y la política tras la reciente derrota electoral. La derrota del PP de Cataluña en las elecciones autonómicas primero y el retroceso que experimentó en las municipales está también en el origen de esta crisis interna alimentada por el enfrentamiento entre las direcciones nacional y autonómica.