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El terrorista se dirigía hacia Tarragona con material para ensamblar una bomba

Abortado en Castellón el cuarto intento de ETA para atentar tras la tregua

La Policía busca a un etarra que se apeó de un taxi al divisar un control y dejó explosivos

Uno de los policías que están peinando la zona buscando al etarra

Publicado por
Alfonso Torices - madrid
León

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Las medidas preventivas puestas en marcha por las fuerzas de seguridad del Estado permitieron hoy abortar el cuarto intento de ETA de cometer un atentado desde que el pasado 5 de junio anunció el final de su tregua de catorce meses. Policía Nacional, Guardia Civil y Mossos d'Esquadra han puesto en marcha un basto dispositivo de búsqueda en Castellón y las provincias limítrofes para tratar de capturar al etarra que, sobre las 12:30 horas de ayer, se apeó de forma precipitada de un taxi en las afueras de la localidad castellonense de Torres Blancas al divisar un control de la Guardia Civil a unos cuentos metros. Se trataba de un control rutinario, destinado de forma principal a detectar infracciones de tráfico. Las prisas del etarra, que huyó a la carrera hacia el cercano hotel Miramar, le hicieron a abandonar en el maletero del vehículo una bolsa de deportes que contenía, además de ropa y otros enseres, una fiambrera con detonadores con el anagrama de ETA (la serpiente) y cable detonante, y una bolsa con material explosivo: los elementos necesarios para ensamblar una bomba. El terrorista, un hombre de unos 30 años y 1,80 metros de altura, había tomado el taxi esa misma mañana en la estación de Renfe de Castellón y le había dicho al conductor que se dirigiese a Tarragona capital. A medio camino, a la altura del kilómetro 10,10 de la N-340, la que recorre el litoral mediterráneo, el pasajero, tras divisar el control policial a lo lejos, le urgió al chófer para que parase en el área de servicio cercano y huyó sin dar explicaciones. Fue el propio taxista, alarmado por la escena, quien avisó al instante a los miembros de la patrulla de la Guardia Civil de la huida del pasajero, que llevaba unas grandes gafas de sol y vestía con bermudas y camiseta marrón o roja, y una gorra negra. Casa por casa Las fuerzas de seguridad dieron la voz de alarma y en pocos minutos se puso en marcha un dispositivo de búsqueda del terrorista que comenzó por el propio lugar de la fuga, con el registro del hotel y el restaurante en el que pudo penetrar el sospechoso. Los agentes rastrearon la zona con patrullas, a pie y helicóptero, y registraron casa por los inmuebles próximos, y los camiones y coches aparcados por los alrededores. De forma simultánea, Policía Nacional, Guardia Civil y Mossos d'Esquadra establecieron controles urbanos y de carretera en Torres Blancas y en las provincias de Castellón y Tarragona, que se extendieron en pocas horas a las provincias limítrofes. Las fuerzas de Seguridad reforzaron también la vigilancia en nudos y estaciones de transporte y establecimientos hosteleros. Al tiempo que se desplegaba la operación de búsqueda, los investigadores interrogaron al taxista y le mostraron fotografías de sospechosos para tratar de desvelar la identidad del huido. Los artificieros analizaron los componentes explosivos y los agentes de Policía Científica inspeccionaron el vehículo y los enseres del huido en busca de huellas dactilares, rastros genéticos u otras evidencias que arrojasen pistas sobre el etarra, sus planes y sus posibles compañeros de comando.

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