Parejas unidas por solidaridad
La ULE y la Gerencia de Servicios Sociales unen a estudiantes y mayores de 60 para convivir, mediante un programa intergeneracional de alojamiento a cambio de compañía
Muchos estudiantes necesitan alojamiento y muchas personas mayores quieren compañía. Pero unir ambos intereses no es tarea fácil y, menos aún, en una sociedad en la que la mayoría de la población estudiantil cuenta con el respaldo económico familiar para sufragar los gastos de su carrera. El programa de alojamiento compartido puesto en marcha por la Universidad de León y la Gerencia de Servicios Sociales cierra su primer año de andadura sin estrenarse. Cinco jóvenes esperaron en vano encontrar su «pareja» para convivir, una persona de más de 60 años dispuesta a compartir su casa y sus vivencias con un estudiante. Sólo una ciudadana con este perfil se apuntó al programa, pero, según reconoce la gerente de Servicios Sociales de León, Aurora Rodríguez, la convivencia intergeneracional no llegó a materializarse. Seguramente, porque «no encajaba» con ninguna de las personas jóvenes de la lista. Las dos instituciones acaban de relanzar la iniciativa, que ya se realiza en las demás universidades de Castilla y León, de cara al próximo curso. En Valladolid, desde que el programa se puso en marcha en 1997 se han realizado 160 experiencias, de las que 21 corresponden al último curso. Salamanca comenzó en el 2005 y cuenta con 13 convivencias, siete de ellas del curso 2006/07 y en Burgos, que empezó al mismo tiempo que León, se llevó a cabo una experiencia. «En León han funcionado las actividades interculturales, pero no hemos logrado calar el mensaje entre las personas mayores», añade la gerente. El miedo a chocar con los horarios y las costumbres de los jóvenes y la preocupación por la intimidad son dos de los factores que, según Aurora Rodríguez, han podido jugar en contra de la iniciativa, que pretende fomentar el apoyo mutuo entre generaciones distantes y distintas. Sin ánimo de lucro Primar la calidad sobre la cantidad de las convivencias es una de las máximas del programa, por lo que se realiza una rigurosa selección de las personas que van a acceder al mismo, tanto jóvenes como mayores. También se lleva a cabo un seguimiento de las convivencias, cuyas condiciones se concretan antes del inicio. La participación es voluntaria y solidaria y ninguna de las dos partes reciben ayudas económicas. Los estudiantes acogidos tienen que compartir los gastos de electricidad, teléfono, gas, pero no tienen que pagar alquiler. A cambio del alojamiento, además, donan una parte de su tiempo a la persona mayor para acompañarla en gestiones de su vida cotidiana. La iniciativa pretende favorecer la permanencia de las personas mayores en su entorno, a la vez que se cubren las necesidades de una pequeña parte de la población universitaria que necesita o busca, por razones económicas o de otro tipo, un alojamiento alternativo. Desde la Junta de Estudiantes se aplaude la iniciativa que, según Miguel Prieto, debería fomentarse también entre la población universitaria extranjera que viene a León a aprender español. Lecciones de experiencia En cualquier caso, los jóvenes reconocen las dificultades de la convivencia: «Es complicada con cualquier persona, pero la diferencia de edad marca mucho», reconoce Laura Burgos, quien, sin embargo, ve la ventaja del intercambio de la experiencia de las personas mayores con la alegría y la vitalidad de la juventud. Durante el próximo curso, se potenciarán los intercambios de experiencias de mayores en el ámbito universitario, de modo que personas jubiladas ofrecerán su testimonio en cursos concretos y también en clases seleccionadas. El profesor emérito de Veterinaria, Miguel Cordero del Campillo, el ex presidente de la Audiencia provincial, José Rodríguez Quirós, y la maestra jubilada Esther González Gutiérrez son algunos de los «fichajes» para un curso de extensión universitaria que ofrecerá tres visiones del mundo laboral: la de los jóvenes que se acaban de incorporar, los de edad media y las personas retiradas de la vida laboral.