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El nuevo secretario general trabajará en una oposición «seria, serena, tranquila y eficaz» | Análisis | Apurando la legislatura |

Zapatero pide a los socialistas madrileños no «perder el tiempo» El presidente se vuelve hacia el centro en el tramo final Rubalcaba cree que el proceso de paz «nunca arrancó del todo» El PP considera ilegal alargar la presidencia del Constitucional

Gómez llamó al diálogo a Aguirre para solucionar el problema de la vivienda Rodríguez Zapatero dice que el PP perde

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Paula de las Heras - efe | madrid madrid efe | madrid colpisa | madrid

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió ayer a los socialistas madrileños «unidad y apoyo» al nuevo secretario general del PSM-PSOE, Tomás Gómez, y les invitó a caminar hacia las próximas elecciones «sin prisas, sin ansiedad, pero también sin perder el tiempo». El Congreso Extraordinario del PSM-PSOE, que clausuró Zapatero, aprobó ayer por la mañana la nueva ejecutiva regional propuesta por el secretario general, Tomás Gómez, con 564 votos a favor, 176 en blanco y 30 nulos, lo que supone un apoyo del 76,22 por ciento de los delegados, el mayor respaldo de la historia del partido en Madrid. La nueva dirección, que presidirá la diputada nacional Delia Blanco, tiene un marcado carácter municipalista -alcaldes, ediles, portavoces municipales y ex concejales copan el 52 por ciento de las secretarías de área-, es paritaria y en su composición las llamadas «familias» como los «acostistas» o «guerristas» no han obtenido cuota de representación. En el acto de clausura, Zapatero instó al PSM a trabajar con «ambición, ilusión y fuerza para tener próximas victorias y alegrías, como la que celebraremos en marzo de 2008», y agradeció a sus miembros haber sabido «responder y estar a la altura de las circunstancias» tras la derrota electoral del 27 de mayo. La «fibra» del PSOE El presidente del Ejecutivo se mostró convencido de que Gómez contará con todo el apoyo del partido, porque «ésa es la fibra» de la que está hecho el PSOE, dijo, y de que los ciudadanos tomarán nota de este Congreso y darán su respaldo mayoritario a los socialistas en las urnas dentro de cuatro años. Así, afirmó que los madrileños «van a comprobar en muy poco tiempo» la «buena fe, capacidad de diálogo» de Gómez, igual que han comprobado que el PSM en sólo dos meses desde la derrota electoral «ha hecho una buena demostración de que sabe escuchar, de que sabe tomar nota y decisiones, abriendo una nueva etapa». Sus primeras palabras, no obstante, fueron para el dimitido Rafael Simancas por su «extraordinario comportamiento», porque «supo llegar, ha sabido estar, y ha sabido abrir una nueva etapa con generosidad». Zapatero aprovechó su intervención para repasar sus tres años de gestión al frente del Gobierno, asegurando que los buenos datos económicos y los avances sociales son fruto de «la tarea colectiva y el trabajo», y para advertir a los líderes del PP de que en marzo de 2008 «van a comprobar que no hay milagros». Mientras Gómez, en su intervención ante el plenario, llamó al «diálogo» a la presidenta del Gobierno regional, Esperanza Aguirre, para «solucionar el problema de la vivienda» en la región, aun que criticó la limitación a tres alturas más ático en las nuevas edificaciones. Avanzó que el nuevo PSM hará una oposición «seria, serena, tranquila y eficaz», aunque aseguró que sus representantes serán «duros con las medidas que perjudiquen a los ciudadanos». «De nosotros no obtendrá crispación», afirmó Gómez, quien asumió el compromiso de no entretenerse en asuntos internos del partido. José Luis Rodríguez Zapatero se ha lanzado a la conquista del centro. El jefe del Ejecutivo aprovechó la clausura del Congreso extraordinario del Partido Socialista de Madrid, el más tranquilo de su historia, para abrir sin ambages la precampaña hacia las generales. El objetivo está definido. Es el momento de arrebatar al PP sus dos grandes banderas, la gestión económica y la contundencia contra el terrorismo, para hacerse con buena parte de su electorado potencial. Envuelto en un halo triunfal, aseguró que «la economía marcha mucho mejor que cuando decían que iba bien» e ironizó sobre el desconcierto de Mariano Rajoy frente a los últimos golpes policiales contra ETA. El presidente del Gobierno vive uno de los momentos más dulces de la legislatura. En su entorno están convencidos de que el cara a cara mantenido con el líder de la oposición durante el debate sobre el estado de la nación, a principios de mes, dejó a su adversario «noqueado». Dicen, además, que la renovación en cuatro de los ministerios peor valorados por la opinión pública le ha servido para dotar de nuevos bríos a su gabinete, mientras Rajoy perdía a Josep Piqué, uno de los hombres en los que debía pivotar el cacareado giro al centro del PP. Y aplica la máxima: quien golpea primero, golpea dos veces. Las encuestas publicadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) a lo largo de la legislatura indican que durante los tres últimos años Zapatero se ha ganado el apoyo de los ciudadanos que se sitúan ideológicamente más a la izquierda y, sobre todo, del electorado nacionalista. Tanto es así que en ocasiones, su gestión ha sido mejor valorada por quienes se declaraban votantes de Esquerra Republicana de Catalunya que por aquéllos que se dicen socialistas. Encauzado el Estatuto de Cataluña y enterrado el proceso de paz busca ganar terreno electoral. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, cree que el proceso de paz «nunca arrancó del todo» ya que «tuvo un comienzo titubeante y, a partir de ahí, las cosas no hicieron más que complicarse». Así lo expresa en una entrevista publicada en el último número de la revista El Socialista, en la que el ministro reitera que ETA atentará cuando pueda e insiste en que «una vez que ETA declaró roto el alto el fuego y abierta, lo que ellos llaman, la lucha armada en todos los frentes, lógicamente hay que esperar un atentado». «ETA siempre que dice que va a atentar, si puede lo hace y si no lo hace es porque no puede. Pensar que no va a poder nunca, me parece que es irracional», añade Pérez Rubalcaba. Sobre el proceso de paz, recuerda que «se truncó no muy lejos del alto el fuego» e insiste en que «nunca despegó del todo». En este punto, acusa al PP de haber hecho suya la terminología de ETA como ha pasado con las famosas actas. El titular del ministerio de Interior aboga porque no se utilice a la banda terrorista como arma en el juego político. El PP recurrió ayer ante el Tribunal Constitucional dos artículos de la nueva ley orgánica que regula el funcionamiento de esta alta corte de justicia, aprobada por el Parlamento la primavera pasada. Los populares consideran que es inconstitucional alargar el mandato de tres años del presidente del Tribunal, aunque el cumplimiento del plazo no coincida con el momento de la renovación de los miembros de esta institución (art. 16.3), y tienen igual opinión del artículo 16.1, que permite a las comunidades autónomas participar en la elección de los cuatro magistrados que designa el Senado. El PP cree que la modificación legal «desapodera» y «limita» las competencias constitucionales del Senado y de los senadores al impedir que designen sin cortapisas a los magistrados que crean oportuno. También señala que de esta forma se «abren perspectivas insólitas para la progresiva sustitución de los poderes del Estado por las instituciones autonómicas y para la autodisolución misma de los órganos de representación nacional».

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