Diario de León

El fuego se llevó todo

Algunos vecinos de San Bartolomé de Tirajana pasaron la noche escondidos en sus casas a fin de salvarlas del fuego, desconfiando en la efectividad de los equipos de extinción

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Marcos Pontes - san bartolomé de tirajana
León

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«Esto sólo lo sabemos salvar nosotros». De esta forma se expresaron algunos vecinos de Tunte y Fataga, en San Bartolomé de Tirajana, que pasaron la noche escondidos en sus casas a fin de salvarlas del fuego, ya que desconfiaban en la efectividad de los equipos de extinción desplegados para combatir el incendio que ha devorado más de 20.000 hectáreas de Gran Canaria. A pesar de las numerosas llamadas realizadas por la policía a sus puertas, por teléfono e incluso con equipos de megafonía desde la calle, ignoraron lo que ocurría en el exterior desafiando la cercanía de las llamas con un único fin: hacer frente al fuego y evitar la destrucción de sus viviendas. El caso más significativo que ha trascendido lo protagonizó un vecino de Fataga, Julián Reyes, que se negó a abandonar el lugar durante la pasada madrugada y realizó durante toda la noche tareas de extinción en el entorno de su vivienda. Reyes logró salvar varias casas, animales y pequeños huertos, gracias a que logró burlar la vigilancia policial y permaneció en su casa a la espera de que se acercase el fuego por la montaña situada frente a su vivienda. No obstante, antes despidió a su mujer e hija, quienes se marcharon con el resto de desalojados. Cuando el fuego alcanzó el pueblo, ya había mojado los exteriores de varias viviendas y los huertos para ralentizar la acción de las llamas. Una vez que las llamas invadieron con hostilidad el pueblo logró romper las tuberías de agua para reducir el impacto de las llamas, inmerso en un intenso humo que apenas le dejaba respirar. Con la ayuda de una manguera y herramientas rurales, Reyes salvó varias viviendas del pueblo que le vio nacer, y posteriormente, tuvo que ser atendido por los equipos sanitarios de varias quemaduras tras más de quince horas de trabajo ininterrumpidas. Las críticas más generalizas de aquellos que se quedaron en los lugares de riesgo se referían a lo largo del día de ayer a la descoordinación por parte de los equipos de extinción de incendios, de quienes criticaron su desconocimiento no sólo de lugares para la extracción de aguas, sino del lugar exacto donde se ubican los pueblos. «Es una pena que no se nos escuche como residentes de la zona, porque nosotros conocemos perfectamente los lugares claves para atajar este incendio», dijo un vecino llamado Santiago. La impotencia y falta de información desató durante el día enfrentamientos entre vecinos desalojados y miembros de las Fuerzas de Seguridad.

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