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| Entrevista | José Antonio Alonso |

«Lo ocurrido en el CNI es grave, pero la seguridad nacional está garantizada»

«La UME no está pensada para competir con las comunidades con competencias propias»

El ministro Alonso ha sufrido este año un curso político duro

Publicado por
César Calvar - madrid
León

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Termina un curso difícil para el ministro de Defensa, el leonés José Antonio Alonso, marcado por los ataques contra las tropas españolas de paz, que han causado la muerte de siete militares, y la traición descubierta en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) por la venta de informes secretos a Rusia. Por primera vez, Alonso expone lo sucedido en el CNI y explica en qué beneficia a los españoles el trabajo de los soldados a miles de kilómetros de casa: si el terrorismo internacional logra desestabilizar Afganistán o Líbano, «sufriríamos las consecuencias de forma mucho más directa de lo que creemos». -¿Cómo puede un agente del CNI vender secretos de Estado durante tres años, retirarse en 2004 y que nadie actúe contra él hasta 2007? -En 2005, a raíz de indicios que debo mantener reservados, el CNI decide abrir una investigación interna y localiza importantes fugas de información causadas por uno de sus agentes. Ante eso, se hace lo que hay que hacer: poner a funcionar las instituciones. Primero, el propio centro detecta el problema, lo analiza y cierra todas las fugas de información, lo resuelve. Después, denuncia los presuntos delitos en los tribunales porque un país maduro y fuerte no puede dejar pasar un asunto así sin una respuesta institucional y sin dejar claro ante la opinión pública y el mundo en general que somos gente seria y no vamos a dejar que nos tomen por otra cosa. -¿Era necesario airearlo como hizo el responsable del centro? -El director del CNI lo hace público porque una vez que está judicializado hay que informar y dejar claro que la seguridad nacional está garantizada. Tras casi dos años de investigación podemos estar razonablemente seguros de eso, que es lo importante. -¿Qué información interesaba tanto a Rusia? -El trabajo del CNI es por naturaleza reservado y está sujeto a la ley de secretos oficiales. Además, los hechos están bajo secreto sumarial, así que me permitirá que no pueda ser más explícito. El director del CNI dará cuenta de los pormenores en la comisión de secretos del Congreso. -Imagino que ha habido que hacer cambios en el CNI... -Ha sido necesario hacer cambios de procedimientos y de protocolos, proteger a agentes, etcétera. -¿Supo el Gobierno del PP que del 2001 a 2004 tuvo un traidor? -No lo sé. Mi obligación y la de los responsables actuales del CNI es dar cuenta de lo que se hace bajo nuestro mandato. La cuenta política de lo que han hecho anteriores gobiernos la tendrán que dar sus miembros. Hablamos de valores muy serios como la seguridad nacional y de una institución que tiene que funcionar bien, más nos vale a todos. -¿Está otra vez en entredicho la reputación del centro? -No. Lo sucedido es algo serio, grave, pero que hemos podido manejar con toda solvencia. -¿Falló también el Estado Mayor de la Defensa al no medir bien el grado de amenaza en Líbano y no predecir el atentado de junio? -En absoluto. Los militares han hecho una buena labor. Ya dije en el Parlamento que íbamos a un sitio donde había riesgo y problemas de seguridad muy graves. Allí hay una complejidad étnica, social, religiosa y política tremenda. Por añadidura, desde hace meses está penetrando de forma decidida la red internacional de terrorismo yihadista. -¿Hay avances en la investigación de ese ataque? -Tenemos algunos datos que nos ha facilitado el Gobierno libanés, pero es una investigación compleja y difícil. Los servicios de información insisten en que los autores están vinculados al terrorismo internacional yihadista. -¿Cree que la sociedad soportará de forma indefinida atentados como el de Líbano o el goteo de víctimas de Afganistán? -Tengo plena confianza en la sociedad, que comprende el sentido de estas misiones. Si en Afganistán volviesen los talibanes sufrirían mucho los afganos, pero el país también volvería a emitir terrorismo hacia el exterior. En Líbano hay una estrategia deliberada del terrorismo internacional para incendiar esa región, en la que está una parte de la oferta energética del planeta. Si se desestabiliza, sufriríamos las consecuencias de forma mucho más directa de lo que creemos. -En Afganistán, ¿cuáles son las previsiones para el futuro? -Creemos que tras el verano, cuando empeoren las condiciones meteorológicas, habrá un bajón en la actividad talibán. Será la hora de hacer una profunda reflexión sobre qué se ha hecho bien y qué se puede mejorar. El presidente Karzai debe hacer un esfuerzo para articular toda la red de gobierno periférico, particularmente los gobernadores provinciales, y nombrar gente más competente y capaz. Nosotros podemos ayudar, pero no suplantar al gobierno de Afganistán. -La Unidad Militar de Emergencias acaba de estrenarse en la lucha contra los incendios. ¿Qué opina de las críticas que ha cosechado? -Lo están haciendo muy bien, en Canarias y en otros sitios. Un Estado moderno y desarrollado tiene que poder decir a los ciudadanos que ahí está cuando más lo necesitan. Desde ese punto de vista, las críticas políticas me resultan incomprensibles. Estuve el 14 de julio en París y vi desfilar una compañía de la unidad homóloga francesa y allí a nadie se le ocurre hacer política con eso. Con los incendios, inundaciones o los accidentes de una central eléctrica o nuclear no se hace política, se dan soluciones desde el Estado, que para eso estamos. -El Gobierno del País Vasco no quiera que la UME actúe en su comunidad... -No tienen razón. La UME no está pensada para competir con las comunidades con competencias en materia de protección civil, sino para ayudar desde el Estado a las que lo puedan necesitar. La comunidad autónoma, vasca o cualquier otra, puede pedir ayuda si lo desea, y nosotros tenemos la mejor voluntad de colaborar.

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