| Reportaje | La plaga se instala en las vegas |
«En dos meses llegan al Bierzo»
Los ratones superan la última barrera que los separaba del regadío y ya aparecen de forma notable en el Esla; el sindicalista Matías Llorente advierte del avance de la plaga al oeste
Con la despensa de primavera agotada, el cereal el los silos, la población de ratones se expande al oeste. El avance se entrecortó al darse de bruces con el canal que lleva agua del Esla a los Oteros, barrera momentánea contra la amenaza de la plaga. «Al final acabaron por superar los obstáculos. Ya se han visto en la vega del Esla», reconoció ayer Matías Llorente, agricultor y secretario del sindicato Ugal, que declara la incapacidad del colectivo agrario ante el la capacidad de reproducción y la voracidad de los roedores. «A este paso, llegarán en dos meses al Bierzo; que no lo dude nadie», vaticinó Llorente, que recuerda el entorno favorable que van a encontrar los topillos en su expansión. «Por comida no se van a quedar y el frío no va a llegar mañana, con lo que su capacidad de reproducción va a mantenerse como hasta ahora. Así es que sin tomar ninguna medida contra ellos camparán por el regadío como lo hicieron por el secano desde el pasado invierno». Tras la última línea La presencia de ratones en los cultivos del regadío ribereño, tras la barrera que separa el secano del ámbito de cultivo de la vega del Esla, parece ya una evidencia en los cultivos de los municipios al sur de Valencia de Don Juan, en especial en Villaornate y Castro, donde se comienzan a apreciar que los topillos han hecho de las plantaciones de regadío su hábitat. Las organizaciones agrarias anunciaron la pasada primavera que, sin medidas de presión, la próxima etapa de los topillos se iba a localizar entre el regadío. No por esperada, la cuestión ha restado malestar entre los agricultores, que piden a la Junta medidas inmediatas para tratar de cortar el avance sin fiar el asunto al parapeto de las barreras naturales (ríos o canales de agua) que al fina acaban superadas (como ya sucedió a lo largo de esta semana con el canal de Villomar). «Que los responsables de agricultura y medio ambiente de la Junta no olviden la transcendencia económica que tienen los cultivos de regadío en León. Que midan bien las consecuencias de una expansión masiva de los topillos entre maizales, remolacha o alfalfas», insistió Llorente para solicitar una actuación inmediata de la administración. Sólo el riego por inundación aparece ahora como una esperanza. En diciembre, los topillos habían devorado en el sureste de León la simiente del cereal de invierno. Ocho meses después nada detiene su avance.