Diario de León

Una aldea de Albacete vive «invadida» por 1.000 inmigrantes

Los habitantes del pueblo castellano manchego denuncian que son «sucios y ruidosos» aunque admiten que viven de forma precaria porque están contratados ilegalmente como temporeros

Los nuevos «vecinos» son de nacionalidad búlgara y rumana y desde el 1 de enero miembros de la UE

Los nuevos «vecinos» son de nacionalidad búlgara y rumana y desde el 1 de enero miembros de la UE

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Juan Vicente Muñoz - toledo
León

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El pequeño pueblo de La Herrera (Albacete), de 400 habitantes, ha pedido ayuda a las distintas administraciones ante un asentamiento de cerca de mil inmigrantes rumanos y búlgaros que han elegido un paraje cercano al canal del trasvase Tajo-Segura para «vivir» en tiendas de campaña mientras buscan trabajo. Los inmigrantes están a la espera de que los agricultores de la zona les contraten en la próxima campaña de la recogida de cebolla. Muchos de ellos acaban de participar en la del ajo -5 millones de kilos recolectados en la zona- y ahora confían en hacer lo mismo en la siguiente campaña, que prevé recoger 30 millones de kilos de tubérculos. Los vecinos del pueblo, que hasta ahora han convivido pacíficamente con los extranjeros, temen que si se prolonga el asentamiento se incrementen la inseguridad y los conflictos con los inmigrantes rumanos y búlgaros, que desde el pasado 1 de enero también son ciudadanos de la Unión Europea. Aseguran que los inmigrantes -en algunos días han llegado a concentrarse hasta 2.000- llenan de suciedad el pueblo cuando acuden a última hora a celebrar multitudinarios «botellones». Según su alcalde, Pablo Escobar Vázquez, del PP, «la solución estaría en darles el tratamiento que reciben los temporeros españoles cuando van a la vendimia a Francia porque van con sus contratos de trabajo y saben dónde van a vivir, cuándo van a trabajar y cuánto van a ganar». El sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.) de Albacete acusa, por su parte, a algunos de los agricultores de la zona de abusar de la precaria situación de estas personas para «contratarlas» a cambio de pequeños salarios.

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