Diario de León

El parlamento foral elige por mayoría simple al candidato de UPN con el voto?en blanco de los socialistas | Crónica | Rechazo a una decisión |

El PSN acata las órdenes de Ferraz y facilita la investidura de Sanz ¡Navarra no se vende, se regala!

Dimiten cuatro dirigentes socialistas tras la elección del candidato de UPN a la presidencia foral

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César Calvar César Calvar - pamplona pamplona
León

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A final no hubo rebelión ni sorpresa de última hora. El candidato de Unión del Pueblo Navarro (UPN) a la presidencia de Navarra, Miguel Sanz, gobernará la comunidad foral bajo la vigilancia atenta de los socialistas, que este sábado cumplieron la orden dictada por la dirección del PSOE y facilitaron su reelección, por mayoría simple, al votar en blanco (además de una abstención) en la segunda votación de investidura. Será el cuarto mandato de Sanz al frente de esta comunidad autónoma, que gobernará en minoría con el apoyo de Convergencia de los Demócratas Navarros (CDN) y bajo la amenaza de una moción de censura. La tranquilidad fue absoluta dentro de la cámara. Por el contrario, en la calle hubo tensión antes y al término de la sesión, al concentrarse frente a la sede del Parlamento foral un centenar de simpatizantes de NaBai y del PSN, que recibieron a todos los electos socialistas y de UPN con pancartas, carteles, pitos y graves insultos. Sin embargo, cuatro miembros de la Ejecutiva del PSN presentaron su dimisión tras ser reelegido presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, gracias a la abstención del grupo parlamentario socialista. Los dimisionarios son Mariano Cerezo, concejal de Tudela y secretario de Empleo en la Ejecutiva socialista; Lourdes Montero, concejal del Ayuntamiento de Zizur y secretaria de Infraestructuras, Comunicación y Telecomunicaciones; la ex alcaldesa de Miranda de Arga Teresa Iradiel, secretaria de Agricultura y Ganadería en la Ejecutiva, y María Luisa Osta, concejal de Buñuel y secretaria de Formación del partido. El resultado de la votación fue el previsto: 24 votos a favor, de los parlamentarios de UPN y de Convergencia de los Demócratas Navarros (CDN); 14 sufragios en contra, de NaBai e IU; 1 abstención y 11 votos en blanco, que computan igual a efectos de la votación, correspondientes a los diputados del PSN. Los socialistas recibieron en los últimos días numerosas presiones de las bases de su partido y de algunos dirigentes, que les instaron a «rebelarse» contra la orden del PSOE de permitir la investidura de Sanz. Sin embargo, a la hora de depositar las papeletas en la urna, ningún socialista se atrevió a romper la disciplina de partido y votar contra Sanz. Su toma de posesión está prevista para la semana próxima. Lucha antiterrorista La felicidad de Sanz contrastó, al término de la sesión, con su humildad del día anterior en su debate con el portavoz socialista, Roberto Jiménez, a quien ofreció entrar en su gobierno y, tras marcar distancias respecto del PP, prometió lealtad al Gobierno central, sobre todo en la lucha contra ETA. El líder de UPN, que afronta la tarea de gobernar en minoría y bajo la amenaza de una moción de censura, anunció una próxima reunión con José Luis Rodríguez Zapatero después de las vacaciones para normalizar las relaciones entre los Ejecutivos central y autonómico. Esas relaciones se deterioraron a raíz de la manifestación que Sanz convocó en marzo en contra del diálogo con ETA. «Traidores», «cobardes» y «felones» fueron algunos de los calificativos que tuvieron que escuchar los parlamentarios del PSN a su llegada al Parlamento navarro. Frente a la Cámara unas cien personas, la mayoría simpatizantes de NaBai y algunos socialistas llegados de los pueblos de la Ribera navarra, mostraron así su rechazo a la decisión del PSOE de facilitar la investidura de Sanz. «¡Navarra no se vende, se regala!», le gritaron al secretario general del PSN, Carlos Chivite, que tuvo que ser protegido por la Policía Foral. La protesta había sido convocada por veintidós agrupaciones socialistas de la Ribera de Navarra, la zona donde peor han digerido la decisión del Partido Socialista Obrero Español, para presionar a sus representantes y exigirles que votaran «no» a Sanz. Sobre las cuatro de la tarde, comenzó a llegar gente del PSN, pero pronto fueron superados en número por los seguidores de NaBai, que recibieron con duros insultos de carácter personal a los diputados del PSN y UPN, y desplegaron una pancarta con el lema «No al fraude electoral». Los concentrados, reunidos al principio al otro lado de la calle, cruzaron la vía varias veces para increpar de cerca a los diputados. La peor parte se la llevaron el líder de los socialistas navarros, Carlos Chivite, y el todavía candidato Miguel Sanz. Los más exaltados distribuyeron pegatinas con la leyenda «500 años decidiendo por nosotros» impresa sobre las fotos de Fernando el Católico, Franco, el rey Juan Carlos y José Luis Rodríguez Zapatero. Detrás, los miembros del PSN mostraron carteles con el lema «Yo no voté para esto». «Esto es un atraco» Uno de los socialistas que acudieron al acto, Ángel Oliver, secretario general del partido en Baltierra, calificó lo ocurrido de «cacicada de Madrid» y pidió la dimisión de todos los dirigentes del PSN. «Manos arriba, esto es un atraco», fue otra de las consignas que socialistas y 'vasquistas' corearon juntos. Los incidentes se repitieron a la salida de la votación, cuando los miembros de UPN y PSN fueron recibidos con sonoras pitadas por los concentrados, que aplaudieron a los diputados de NaBai. Tras la votación, cuatro miembros de la Ejecutiva del PSN presentaron su dimisión: Mariano Cerezo, Lourdes Montero, Teresa Iradiel y María Luisa Osta, responsables de Empleo, Infraestructuras, Agricultura y Formación, respectivamente. Su jefe de filas, Carlos Chivite, no quiso hablar de crisis, y recordó que al PSN «se accede en libertad y se marcha también en libertad». Chivite confió en la «responsabilidad» de los cargos públicos y resaltó que «el partido tiene que estar ahora más unido que nunca». «Bien está lo que bien acaba. Ha triunfado el sentido común» MIGUEL SANZ Presidente de Navarra

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