Mantienen a Mayo en la enfermería paraevitar contacto con otros reos o un suicidio
Andrés Mayo Fernández, el violador del chándal, al que se le acusa de ocho agresiones sexuales a otras tantas mujeres de La Coruña, ingresó ayer en la enfermería de la cárcel de Teixeiro. La medida fue adoptada por el psicólogo del penal coruñés con dos objetivos concretos. En primer lugar, el experto cree que Mayo Fernández no debe estar en contacto con otros presos, de forma provisional, dado que las personas que entran en la prisión por este tipo de delitos «son rechazadas e incluso amenazadas, hasta el punto de que pueden ser agredidos» por los otros reos, indicaron desde el penal de Teixeiro. Además, con esta decisión, el psicólogo del penal aplica lo que conoce como el protocolo de suicidios. Las estadísticas indican que este tipo de presos «tienen tendencia a quitarse la vida». Andrés Mayo no sería una excepción, toda vez que ya intentó suicidarse en la prisión de León en la noche del 25 de octubre de 1990, tan sólo 19 días después de ingresar en los calabozos. Con tendencias suicidas En aquella ocasión se cortó el brazo con una cuchilla de afeitar, pero el violador del chándal fue descubierto por su compañero de celda poco después de autolesionarse y dio la voz de alarma. Mayo Fernández fue trasladado hasta el Hospital de León, donde se le practicaron las curas, y tras recuperarse de la pérdida de sangre, fue reintegrado al centro penitenciario. En la enfermería de la prisión coruñesa de Teixeiro se encuentra en una celda acompañado de cuatro presos, uno de ellos ya casi totalmente rehabilitado «y que será el encargado de vigilar a Andrés Mayo durante las veinticuatro horas del día, además de estar atendido por los médicos y enfermeros del penal». Esta solución dictada por los técnicos psiquiátricos de Teixeiro «tiene carácter transitorio». Esta medida de control y vigilancia, además, «puede extenderse desde una semana a quince días». Los presos conocen su caso De esta forma, «tratamos de rebajar la presión mediática» que rodeó este caso y que pudo afectar «a la alta desviación psicopática con fases depresivas» que sufre Andrés Mayo, según un informe psicológico que le fue realizado al preso en 1991 en León. Además, esta repercusión social que tuvo la detención del violador del chándal «no pasó desapercibida para otros presos de Teixeiro, algunos de ellos conocen a Mayo», por lo que su aislamientos «es necesario», aseguraron desde la cárcel. Posible traslado También indicaron que lo más probable es que una vez pase el protocolo de suicidios se traslade al módulo 12, o de reincidentes, donde cuenta con mayor vigilancia. Sin embargo, si la jueza que lleva el caso lo condena, lo más probable es que el violador del chándal «sea trasladado a la prisión de otra provincia española».