La Policía desarticula en Madrid una banda que robaba salones de juego
La Policía Nacional ha detenido a tres individuos acusados de pertenecer a un grupo organizado que estaba especializado en el atraco a salones de juego. Los arrestados agredían a los empleados de los establecimientos para reducirles y, de esta forma, poder llevar a cabo los atracos. Hasta el momento, se les imputan 15 robos de estas características y se investiga la posibilidad de que estuvieran implicados en otros sucesos de naturaleza similar. La operación fue realizada gracias a la labor del Grupo XVI de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Madrid que había detectado en los últimos meses un incremento de atracos perpetrados en salones de juego con patrones de actuación muy similares. Todos estos asaltos eran cometidos por un grupo de ciudadanos de Europa del Este que empleaban siempre gran violencia contra los dependientes de estos pequeños casinos. Estas dos similitudes son las que hicieron pensar a la policía de que los delitos eran cometidos por miembros de una misma banda organizada, especializada en este tipo de robos y cuyos integrantes eran rumanos. El operativo, desarrollado por la Jefatura Superior de la Policía de Madrid, ha contado con la colaboración de las Comisarías de Torrejón de Ardoz y Alcalá de Henares. Las mejores horas Los agentes comprobaron que el modus operandi de la organización se repetía en cada uno de los asaltos. Solían aprovechar las horas de apertura o cierre de los establecimientos y, una vez dentro, impedían el acceso al local. Además, aseguraban el cierre con una cadena tipo «pitón» y, a continuación, se abalanzaban sobre el empleado de la sala de juegos al que golpeaban con brutalidad hasta reducirle y, después, atarle. A veces, incluso utilizaban sprays paralizantes para aumentar la confusión de la víctima. No obstante, antes exigían la apertura de la caja fuerte así como las llaves de los expendedores de monedas de las máquinas recreativas. Los sospechosos tomaban todo tipo de precauciones para eludir una posible actuación policial y dificultar las investigaciones. Cambiaban cada 15 días de residencia, aunque siempre solían alquilar viviendas en la zona del Corredor del Henares, cerca de Madrid.