Diario de León

La responsable de las infraestructuras califica de «incidencias» los problemas en los trenes

La ministra de Fomento culpa del caos de Barcelona al PP y a factores externos

Magdalena Álvarez descarta dimitir y deja su futuro en manos de Rodríguez Zapatero

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Julio Díaz de Alda - madrid
León

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La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, no va a dimitir por el caos ferroviario y de infraestructuras que vive Cataluña y, en especial, la ciudad de Barcelona. «Me voy a ir en el momento exacto en que lo decida el presidente del Gobierno; cuando él quiera me va a cesar y yo lo voy a asumir», aseguró Álvarez este martes durante su comparecencia ante la Comisión de Fomento y Vivienda del Congreso de los Diputados. La ministra explicó que los problemas que sufre el servicio de cercanías de Renfe en la capital catalana son en gran parte inevitables y que continuarán hasta que concluyan, en diciembre, las obras del AVE. PP, CiU e IU-ICV tacharon a Álvarez de «arrogante» y de «prepotente», y le exigieron que abandone el Ejecutivo por «ineficaz». La comparecencia de Álvarez se convirtió en un cruce de acusaciones y un baile de cifras con la oposición. La máxima responsable de Renfe y del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) repasó el «estado de abandono» en que el Gobierno encontró el servicio de trenes en Cataluña a su llegada al poder y reiteró que su departamento ha invertido en la región como ningún otro Ejecutivo. Pidió de nuevo paciencia a los barceloneses al asegurar que «los resultados sólo pueden llegar en el medio plazo», y les advirtió que la complejidad de las obra del AVE -de cuyo trazado culpó al PP y a CiU- hace inevitable que surjan problemas en las Cercanías. Argumentó que estas obras hacen que las vías de la estación de Sants estén saturadas (han pasado de 13 a ocho) y que «si un tren se queda parado no se pueda retirar». Pero también apuntó que decidió mantener el servicio Cercanías mientras se terminaba el AVE y no suspenderlo durante uno o dos años «por su importancia», ya que por Sants pasan cada día 800 convoyes de Cercanías. «Es mi responsabilidad haber tomado medidas para evitar incidencias pero ¿se hubiera podido evitar?, no lo sé», dijo. Las «incidencias» La ministra repasó los muchos incidentes acaecidos en los últimos tres meses en las infraestructuras barcelonesas y catalanas para concluir que muchas fueron por causas «ajenas al sistema ferroviario». Entre los detonantes citó las tormentas, los apagones, el robo de material ferroviario, el arrollamiento de personas, la ocupación de las vías por grupos de vecinos, los incendios, los obstáculos en la vía o el descarrilamiento de un tren sin pasajeros por exceso de velocidad. Entre los problemas de su incumbencia recordó los problemas «habituales» en los trenes recién comprados o la rotura de los frenos de un Alvia (ya se les han pedido responsabilidades a los fabricantes, dijo). Durante más de cinco horas, Magdalena Álvarez trajo de cabeza a los muchos asesores que la acompañaban, de los que solicitó cifras y más cifras con las que rebatir los argumentos de la oposición. Fue una mañana en la que casi todos echaron mano del pasado pero nadie planteó soluciones para el futuro. A lo largo de las más de cinco horas de comparecencia se recordó a Felipe González, a Alfonso Guerra, a José María Aznar y hasta a Josu Jon Imaz. Los asesores de Álvarez buscaban desesperadamente en la sala «pastillas refrescantes».

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