Un fontanero de Sahagún se había apeado cinco minutos antes del descarrilamiento

A medio camino entre la fortuna y las cosas del destino, un fontanero que trabaja habitualmente en la zona de Sahagún, evitó formar parte de la lista de damnificados (posiblemente) gracias a su decisión de apearse en la última estación leonesa, utilizada en múltiples ocasiones incluso por los propios vecinos de Villada, en cuya localidad. No fue el único. Rubén, un vecino de la localidad palentina, también se apeó en Sahagún instantes antes: «Cuando empecé a escuchar al poco rato el sonido de los helicópteros y de las ambulancias, en temí lo peor. La verdad es que sientes una impotencia tremenda, pero si te digo la verdad» manifestó a Efe, «la verdad es que veníamos muy rápidos, y me quedé especialmente hecho polvo cuando me di cuenta de que una de las pasajeras que había fallecido era la chica que venía sentada justamente a mi lado. Traté de ayudar en lo que pude, pero son cosas que se te quedan grabadas en la mente para siempre, y nunca lo olvidaré». Cayo sacó del vagón, aún vivo, al último herido en fallecer, semanas después. «Me dio un vuelco el estómago cuando me dijeron que Diego había muerto».