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La sentencia desoye las quejas de las familias de los 63 militares muertos en el siniestro

El juez exime a Defensa del accidente del «Yak-42» y culpa a la tripulación

En cinco folios, el magistrado achaca el siniestro a la falta de preparación de los pilotos

Las familias de las víctimas protestaron tras el accidente para conocer las causas del siniestro

Publicado por
C. Calvar - madrid
León

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El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, atribuyó el accidente del avión Yak-42, que costó la vida a 62 militares en el 2003, al cansancio y a la falta de preparación de la tripulación del aparato, 12 ucranianos y un bielorruso que también murieron en el siniestro. El magistrado exime, por tanto, de cualquier responsabilidad en el desastre a los anteriores responsables del Ministerio de Defensa y ratifica su decisión de archivar la parte del sumario que afecta a la contratación del vuelo. En un auto de apenas cinco folios, Grande-Marlaska rechaza los recursos de las familias contra su resolución del pasado 1 de junio, cuando declaró el sobreseimiento del sumario. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional podría dar en fechas próximas el carpetazo definitivo a esa parte de la investigación, abierta a raíz de las denuncias de las familias contra la anterior cúpula de Defensa, a la que acusan de desoír quejas anteriores al siniestro sobre el mal estado de los aviones alquilados a países de la antigua URSS para transportar tropas. El juez considera que esas quejas no son un «elemento esencial» en la investigación, y reitera que Defensa contrató el vuelo del Yak-42 a través de la agencia de la Otan Namsa, organismo que cree «suficientemente habilitado». Ese sistema, utilizado por «otros estados», señala Grande-Marlaska, «podrá ser discutido en mayor o menor medida, pero nunca valorado de arbitrario». Por ello, declara «ajenas» a la actuación del Estado todas las responsabilidades que puedan derivarse del siniestro. Para el magistrado, las «causas concretas» de que el avión se estrellara contra un monte tras dos intentos fallidos de aterrizar en el aeródromo turco de Trabzon «no se circunscribían de forma principal, ni siguiera coadyuvante, al estado o mantenimiento de la aeronave». El juez atribuye lo ocurrido a «circunstancias de preparación del personal en relación a aterrizar en aeropuertos de la orografía del de Trabzon, falta de sinergia entre la tripulación ante eventos de riesgo y cansancio de la misma», además de «las propias circunstancias del lugar y tiempo que convergieron en el fatal desenlace».

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