Diario de León

| Entrevista | José Ajenjo |

«El mejor encargo fue una Virgen del Camino que se fue al Vaticano»

«Si pudiera reunir todo el patrimonio cultural que he visto arruinado aquí, tendría para un museo mayor que el de cualquier país de Centroeuropa»

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A. Núñez - león
León

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Nacido en Villacintas, aunque recriado, como dice él en el barrio leonés de Santa Marina, el imaginero José Ajenjo lleva más de tres décadas de encargos de la Cooperativa Eclasiástica, a mayores de restauraciones en las cuatro esquinas del mundo, desde Alemania hasta Filipinas, pasando por Estados Unidos. De fijo y con nómina trabaja como director de la escuela taller municipal de Artes Plásticas. -¿La imaginería es un arte con mecenas pobres, como la Iglesia, o ahora hay otros, como las cajas de ahorros? -No quedan mecenas. Cada vez hay menos, lo mismo que imagineros, porque todo se está industrializando. No creo que llegue ni al 5% el trabajo artesano. ¿Cual ha sido mi encargo más importante en los últimos años? Una Virgen del Camino en bronce de 1988, cuando la visita de Juan Pablo II, y que ahora se expone en el Vaticano. Hice luego ocho copias para amigos íntimos míos. -¿Y los encargos más corrientes? -Van casi siempre a fábricas seriadas de Olot, en Gerona. Nosotros no trabajamos con moldes, sino directamente y a mano en el taller y eso no es rentable. No da dinero y, en cierto modo, nos pasa como a los que antes hacían cubas en el Barrio Húmedo a mano y las vendían por veinte duros: luego vinieron los brick de plástico y, encima, se arruinaron. -¿Hay más trabajo para restaurar que para tallar? -Es más agradecida la creatividad, si hay encargos, de modo que lo otro para los escultores e imagineros es una alternativa para comer. Yo he restaurado obras por toda España y no pocas en el extranjero, paises como Alemania, Estados Unidos, Suiza, Méjico o Filipinas. Y la temática no era siempre religiosa. Aunque sí agradecida. Era una tabla de Berruguete que había quedado mutilada y ahora está en una colección particular de cierta provincia vecina. -¿Se puede crear escuela en este oficio? -Por poder, se puede. Muchos alumnos intentan seguir, pero en serio pocos. Incluso a la hora de enseñarles hay que tener en cuenta los «ismos» y, en particular, los vanguardismos y los modernismos en chicos jóvenes. Suelen tener una creatividad efímera y pasajera porque se creen de vuelta de todo, aunque, como decía Brossa, para estar de vuelta hay que haber llegado antes. Y uno no está nunca de vuelta. -Olot, Rusia, Grecia, etcétera, es desde donde se importan imágenes. ¿Aquí ya no da para vivir? -Viene de fuera porque allí es todo más económico. Los artistas y artesanos cobran por veinte cosas lo que aquí hacemos por una, lo que explica, intermediarios aparte, la venta de iconos rusos o griegos. También en Gerona se hacen imágenes en serie con moldes, pero yo, al menos, sigo en mi taller. -¿Qué porcentaje del patrimonio provincial ha visto arruinarse o malvender por falta de restauración? -Si reuniera todo lo que he visto arruinado, haríamos un museo mayor que cualquiera de los que hay en Centroeuropa. Pero eso no está en mi mano, aunque con el poco dinero que he ganado, me he hecho una pequeña colección, incluídos algunos grabados antiguos europeos que sorprenderían.

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