«Tenían pasaporte francés y pagaban puntuales el alquiler»

Los cuatro detenidos en la operación contra la banda terrorista ETA el pasado sábado, la mitad de la célula según estimaciones policiales francesas, pasarán este miércoles a disposición judicial en París para ser inculpados del secuestro a finales de agosto de la familia de Orio, entre otros cargos. Hasta el momento de la detención, sin embargo, hacían una vida «aparentemente normal». La vivienda registrada fue alquilada en marzo, lo que descarta que en ella se confeccionara el artefacto que el 30 de diciembre último destruyó la terminal T-4 del aeropuerto de Madrid. La vivienda tiene una superficie de unos cien metros cuadrados repartidos en dos alturas con cuatro habitaciones, cocina y cuarto de baño. El laboratorio de explosivos había sido habilitado en el salón y no en los aseos, donde se habían cubierto paredes y ventanas con lonas y plásticos. La vivienda tiene una superficie de unos cien metros cuadrados repartidos en dos alturas con cuatro habitaciones, cocina y cuarto de baño. El laboratorio de explosivos había sido habilitado en el salón y no en los aseos, donde se habían cubierto paredes y ventanas con lonas y plásticos. El improvisado habitáculo reproducía el medio considerado idóneo para la elaboración del amonal, además de evitar las emanaciones de gases y olores al exterior. En el garaje aledaño había dos turismos robados la pasada primavera en el centro de Francia, que eran empleados por el grupo para sus desplazamientos. Pero ninguno de ellos había sido preparado para servir como coche-bomba. Asimismo, según datos publicados por el diario Le Figaro , hasta finales de agosto se han registrado este año en Francia medio centenar de hurtos de vehículos atribuidos a ETA. «Un hombre y una mujer vinieron a vernos. Evidentemente, no los conocíamos. Se presentaron como franceses, con papeles de identidad franceses. Gente normal que pagaba su alquiler sin problemas», declaró este martes en el diario La Dépêche du Midi el propietario, una persona muy conocida en Cahors. El vecindario, sin embargo, había sospechado del comportamiento receloso y cauto de los fantasmagóricos ocupantes de la vivienda. «No se les veía todos los días y no hablaban nada. Les encontrábamos un poco raros», declararon a La Dépêche los ocupantes de la casa más cercana. Otra señora de la localidad francesa sometió a uno de los más jóvenes a la prueba del algodón del buen vecino en Francia: le invitó a tomar el aperitivo en casa. «Lo rechazó con educación, pero firmemente. Es verdad que eran discretos», recordó. No era la academia Fuentes francesas de la investigación han descartado que la casa fuera utilizada como academia para militantes a pesar de los manuales y utensilios pedagógicos hallados en su interior. Aparte de que no encaja con las normas de seguridad el ir y venir de militantes a una base tan sensible, la casa se encuentra al borde de la carretera de Payrat, muy transitada por haber un hipermercado, el campo de fútbol y las piscinas municipales en las proximidades.