Cinco mil contratos temporales pasaron a ser fijos en un año de reforma laboral

León está viviendo unas jornadas que casi se podrían calificar de históricas en lo que a materia de empleo se refiere. Si el dato del paro colocaba a la provincia a la cabeza del país, como el territorio en el que mayor descenso se había producido -dentro de una tendencia generalizada de incremento-, los datos dados a conocer sobre los efectos que ha tenido y está teniendo la reforma laboral en la provincia no le van a la zaga. Y es que, desde que en julio del año pasado entrara en vigor el texto de la reforma -se firmó en mayo de ese mismo año en La Moncloa-, la temporalidad se ha reducido en la provincia un siete por ciento, lo que significa que más de 5.000 -5.040, en concreto- contratos temporales pasaron a ser fijos en los últimos doce meses. Aunque el dato pueda parecer escaso, desde las centrales sindicales se deja claro que la provincia está viviendo un momento dulce en lo que a empleo se refiere, «lo que se debe aprovechar para, a partir de aquí, relanzar aún más la economía», explican desde los sindicatos. Razones de producción De los más de 5.000 contratos que, gracias a la nueva normativa, han pasado de eventuales a fijos, casi 3.000 -el 60%- eran temporales por circunstancias de la producción y el 35% -más de 1.700- tenían previamente un contrato por obra o servicio. En lo que a la jornada que realizaban antes de rubricar el nuevo contrato indefinido se refiere, más del 80% -4.072- de los trabajadores tenían un trabajo a jornada completa. Tres sectores de la provincia son los que más cambios han realizado en la contratación de sus trabajadores: el de industrias manufactureras, que firmó 939 contratos fijos; el de la construcción, en el que 928 trabajadores cambiaron su estatus de enventual por el de fijo; y el del comercio, donde la patronal cambió a 973 empleados de eventuales a fijos. Detrás de estos tres, ya a mucho distancia, se sitúa la hostelería, donde poco más de 600 trabajadores lograron que su contrato pasara de eventual a fijo. Se firmó en mayo del 2006 en el Palacio de la Moncloa con la bendición del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de la mano de todos: centrales sindicales, Gobierno y patronal. Nació con la idea de revolucionar el mercado de trabajo en dos direcciones, sobre todo: más creación de empleo y un mayor número de contratos indefenidos, con los que frenar una temporalidad que estaba siendo cada vez más y más creciente. Hoy, un año después de que la reforma laboral entrara en vigor puede decirse que está cumpliendo los objetivos para los que se firmó: el paro, pese al mal dato nacional del último mes de agosto, se ha reducido y ha llegado a bajar de la psicológica cifra de los dos millones, que por el mal resultado de agosto se ha vuelto a recuperar; y la contratación temporal se ha reducido y se está reduciendo, es cierto que de un modo lento -algo de lo que se quejan los sindicatos-, pero se reduce. En León, los datos están siendo aún mejores. En un año se han firmado cinco mil contratos indefinidos y se ha reducido el paro en casi 1.300 personas, uno de los descensos más altos del país. Además, el perfil del trabajador más proclive a la conversión de su contratos de temporal a indefinido es un hombre de entre 25 y 29 años, que tiene estudios secundarios. A la vista de los datos, más del 25% -1.269- de los contratos que pasaron a ser fijos correspondes a jóvenes de entre 25 y 29 años; le sigue la siguiente franja de edad, entre 30 y 40 años, en el que 1.260 trabajadores dejaron de ser eventuales. Estas cifras casi se repiten en el caso de las mujeres, aunque están un poco por debajo.