Montilla soporta fuertes insultos y abucheos durante la Diada

El presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, recibió ayer fuertes abucheos e insultos durante su primera ofrenda floral ante el monumento de Rafael Casanova en Barcelona, con motivo de la celebración de la Diada del 11 de septiembre, fiesta de la comunidad. Montilla y los 14 consejeros de su Gobierno tuvieron que soportar gritos e insultos como el de «botifler» (traidor), ulular de sirenas y tronar de bocinas por parte de grupos de jóvenes independentistas. Ni siquiera el himno de «Els segadors» y la fuerte presencia policial aplacaron los ánimos radicales, y algunos manifestantes, que llevaban enseñas catalanas con la estrella independentista, espetaron a los miembros del Govern con gritos de «no os merecéis la bandera que lleváis», «fascistas» y «represores». Los abucheos también fueron dirigidos a otros políticos y cargos públicos presentes. Algunos radicales desplegaron pancartas con lemas como «Fuera los colonizadores», mientras que un grupo de trabajadores despedidos de la empresa Seat denunció a la Generalitat por su actitud poco activa, según ellos, ante este conflicto laboral. Un colectivo antitaurino también hizo acto de presencia para expresar su descontento por la celebración de corridas en Cataluña. A pesar del ambiente caldeado no se produjo ningún tipo de incidentes entre el centenar de radicales y los agentes de los Mossos que vigilaban la zona y no permitieron que las ofrendas florales fueran interrumpidas. Aparentemente ajeno a los abucheos, el presidente, que en su discurso institucional del lunes por la noche pidió confianza a los catalanes para afrontar los retos del futuro, aseguró que Cataluña va a superar sus problemas y recibirá más dinero por parte del Estado para resolver deficiencias en inversión e infraestructuras. La delegación del PP catalán, compuesta por unas 120 personas y encabezada por Sirera también recibió insultos e incluso amenazas de muerte