Bruselas ratifica su confianza

Empujada por una fuerte desaceleración económica en Francia y los riesgos de turbulencias a raíz de la crisis financiera mundial, la Comisión Europea revisó este a la baja, aunque de forma leve, sus estimaciones de crecimiento del producto interior bruto (PIB) dentro de la «zona euro» durante 2007, que queda ahora fijada en el 2,5%, una décima menos de lo que se esperaba en mayo. El mismo camino han seguido ya en sus cifras tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), mientras que el Fondo Monetario Internacional lo hará en breve. En el caso de España, sin embargo, desde Bruselas se cree que mantiene su paso firme y por eso no realiza variaciones. Su caso contrasta con el de las principales economías continentales. Así, las autoridades prevén una fuerte reducción en Francia (1,9% en lugar de 2,4%) y una leve bajada en Alemania (2,4 contra 2,5%), similar a la que cree que se producirá en el conjunto de la Unión Europea (UE-27), cuyo avance sería al final del 2,8%. En 2006, no obstante, la «zona euro» registró un crecimiento de 2,8% y la UE-27 de 3%. De cualquier modo, desde las instituciones comunitarias se considera que la economía europea tiene unos fundamentos «sólidos» que «ayudarán a enfrentar las actuales turbulencias financieras», según dijo el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, al referirse a la crisis de los préstamos hipotecarios a riesgo («subprime») en Estados Unidos. No obstante, advirtió que «los riesgos acrecentados que pesan sobre el futuro tienen que incitar a los gobiernos a continuar con determinación su agenda de reformas y saneamiento presupuestario». Según Bruselas, la demanda interna en Europa seguirá siendo fuerte gracias a una mayor confianza de los consumidores, impulsada por un desempleo que tiene sus cifras más bajas desde principios de los años 80. Sin embargo, la Comisión afirma que los recientes indicadores sobre la futura actividad económica sugieren que el crecimiento ha pasado su pico. En cuanto a España, Bruselas ya preveía en marzo una desaceleración del 3,9% al 3,7%, por lo que ahora no se ha creído necesaria modificar de nuevo las cifras conocidas. Según Almunia, el buen primer semestre de la economía española «compensó las dificultadas experimentadas con la crisis bursátil mundial», al tiempo que la desaceleración del sector de la vivienda es tan gradual como se esperaba, hasta el punto de que el comisario piensa que el PIB español «puede y debe» seguir creciendo en 2008 por encima de la media de los países del euro.