El Gobierno y el PP se pelean por la marca «España»

«Ustedes tienen poca idea de lo que es España». La frase de José Luis Rodríguez Zapatero cruzó ayer como una saeta el hemiciclo del Senado. Desde su escaño hasta el del portavoz del PP, Pío García-Escudero. El Gobierno y la oposición escenificaron, en la primera sesión de control tras las vacaciones del verano, una batalla que estará presente en la contienda electoral: la de quién encarna mejor los valores patrios y la de la importancia de las banderas. Zapatero aseguró que velará «al máximo de lo posible» por que en todas las instituciones del Estado, ayuntamientos incluidos, ondee la enseña nacional conforme al mandato constitucional, pero restó importancia a la polémica generada por el incumplimiento de esta norma en consistorios del País Vasco o Cataluña y recordó que su aplicación «siempre ha sido un problema». Ahora y durante los ocho años de Gobierno popular. «Lo que no fue nunca fue un elemento de increpación del PP al PSOE y mucho menos del PSOE al PP», recriminó. El jefe del Ejecutivo echó en cara así a los populares que se arroguen el papel de definir qué es España y que sucumban a una «tentación típica de determinadas culturas ideológicas» de utilizar un «símbolo de todo el Estado» en el debate político. A su vez, defendió que el proyecto socialista es el que mejor responde al «proyecto común» que es España. Y llamó a los populares a reflexionar sobre el hecho de que su formación tenga cada vez menor representación territorial en el País Vasco. El rifirrafe había comenzado con una pregunta irónica de García-Escudero sobre la decisión del Ejecutivo de crear un logo que diga «Gobierno de España» para sustituir al actual de «Administración General del Estado». Una medida con la que Zapatero aseguró querer equiparase al resto de los países europeos, pero que según admiten fuentes gubernamentales forma parte de una amplia estrategia con la que los socialistas buscan acercarse a una parte importante de su electorado, que se siente mucho la españolidad.