Rifirrafe en el Congreso entre el PP y el Gobierno por los símbolos del Estado

El Gobierno y el Partido Popular se enzarzaron ayer en el Congreso de los Diputados en un nuevo rifirrafe dialéctico a costa de los símbolos del Estado, en particular por la bandera española y la Corona. El secretario general del PP, Ángel Acebes, encendió la mecha al acusar a la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, de no garantizar la convivencia entre los españoles por no hacer cumplir la ley de las banderas y permitir la quema de las fotos de los Reyes la pasada semana en Girona. El número dos del Partido Popular reprochó a Fernández de la Vega que los socialistas «gobiernen con quienes nos amenazan de muerte y dan vivas a ETA» en referencia a los insultos y coacciones de un miembro de ERC a los populares durante la pasada Diada en Barcelona. La vicepresidenta respondió al PP que es el partido de oposición el que «utiliza todos los símbolos» del Estado y la lucha antiterrorista «para provocar la confrontación entre los españoles». Fernández de la Vega aseguró que el Partido Popular sólo busca causar «miedo, zozobra y tensión» en la ciudadanía con su «arrogancia, imposición y prepotencia», tan alejada de la «convivencia» que, en su opinión, pregona el Gobierno con su política de «diálogo». Acebes, que espetó a la vicepresidenta que el PP jamás gobernaría con un partido que amenazara al PSOE, volvió al argumento de los símbolos para señalar que su partido es el único que «defiende la bandera, la ley y la democracia». En su turno, el portavoz del grupo parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, sumó su voz a la de Acebes e insistió en el incumplimiento de la ley de las banderas. La número dos del Ejecutivo, en su respuesta, acusó al PP de no respetar las leyes al pedir firmas para tratar de convocar referéndum ilegal sobre el estatuto de Cataluña en toda España. No habrá sanción El Congreso rechazó este martes una moción del PP que planteaba modificar la ley que regula el uso de los símbolos oficiales e introducir sanciones de inhabilitación para los alcaldes y cargos que no hagan ondear la bandera de España en los edificios públicos. Los populares se quedaron solos en la defensa del proyecto, que fue derrotado por 123 votos a favor y 178 en contra. PSOE, IU, ERC, CiU, PNV y BNG les acusaron de crear una polémica falsa en torno a las banderas para dividir a la sociedad y captar votos. La defensa de la moción corrió a cargo de la diputada del PP Ana Torme, que atribuyó al Gobierno «falta de voluntad política» para hacer cumplir la ley de banderas y «resignación» ante las vulneraciones de esa norma en algunos ayuntamientos del País Vasco y Cataluña. Torme denunció que un Gobierno que no hace cumplir la ley «se hace cómplice de quienes la incumplen» y «da alas» a los «radicales y los violentos». Por ello, defendió la instauración de un régimen sancionador que acabe con la «impunidad». La portavoz del PSOE, Elisenda Malaret, le contestó que su partido también está por el cumplimiento de la ley, pero «sin fanfarria» y sin que el PP «lo coloque en su agenda partidista». Resaltó que la legislación actual ya atribuye a las delegaciones del Gobierno la tarea de velar por el cumplimiento de la ley, y establece que cualquier vulneración debe dirimirse en los juzgados. La diputada socialista también señaló que no existen diferencias respecto a lo ocurrido en este ámbito en legislaturas pasadas, salvo que «los socialistas no cuestionábamos la actuación del Gobierno en este campo». La moción del PP también fue rechazada por todos los partidos nacionalistas, catalanes, vascos y gallegos. El portavoz de CiU, Jordi Xuclá, acusó al PP de crear «confrontación» y «convertir esto en un asunto electoral». Xuclá consideró también una «extraordinaria incoherencia» que los populares planteen ahora esta modificación y no hicieran nada al respecta en los ocho años que gobernaron. En esa misma línea, ERC consideró la propuesta del PP «lo más rancio» planteado en la cámara y «una hipocresía».