Alonso: «Las Fuerzas Armadas viven su mejor momento»

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, dio ayer por superadas las dificultades de las Fuerzas Armadas para reclutar soldados, un problema que arrastraban desde la creación del Ejército profesional y que llegó a afectar a la capacidad de algunas unidades, sobre todo de la Armada. El ministro resaltó que, en el capítulo de personal, los ejércitos tienen hoy sus «necesidades cubiertas». En una entrevista a una emisora nacional de radio, Alonso explicó que el Ejército profesional «está funcionando» a pesar del «problema de reclutamiento» que los socialistas se encontraron al llegar al Gobierno. Citó las subidas de sueldos de los militares que aprobó su antecesor, José Bono, y las medidas impulsadas para mejorar la calidad de vida de los uniformados, entre las iniciativas que han contribuido a hacer que «la curva descendente se haya invertido». El responsable de Defensa insistió en que «nunca las Fuerzas Armadas han estado mejor, en toda su historia, que en estos momentos» a «ningún nivel». España cuenta, explicó, con unos ejércitos «más organizados», «mejor dotados», con «más recursos» y «mayor operatividad» que hace treinta años, cuando «no podían salir al exterior» por no ser «creíbles». «Hemos mejorado mucho y este Gobierno tiene bastante que ver», recalcó. Puntos «calientes» Alonso, que antes de ser ministro de Defensa fue responsable de Interior, señaló que dentro del ámbito de la seguridad ya no puede distinguirse, como antaño, entre «interior y exterior». Aseguró que «lo que ocurre en otras partes del planeta, sobre todo en las más calientes, nos afecta muy directamente». Por ello, «la seguridad policial y militar están entremezcladas y tienen que actuar muy coordinadamente». En plena polémica por el uso de las banderas, el entrevistado se declaró «orgulloso» de ser español y también «de los símbolos» que representan a España. Preguntado por el proceso de diálogo con ETA, el ministro Alonso insistió en que todo presidente del Gobierno «está obligado» a «intentar acabar con el terrorismo», y reiteró que anteriores jefes del Ejecutivo también lo intentaron. «Se intentó de manera decente y democrática», pero «como los terroristas no tenían ninguna voluntad» de dejar las armas, «se puso punto y final».