Los datos filtrados por el ex espía a los rusos «ponen los pelos de punta», según el Gobierno
El CNI aireó la traición detectada como aviso a otros posibles «topos»
El juzgado 48 de Madrid instruye el caso de Roberto Flórez por traición y revelar secretos
El Gobierno dio a conocer la traición de Roberto Flórez, el ex espía del CNI detenido hace dos meses por vender información secreta a los servicios de inteligencia rusos, para avisar a sus agentes secretos de que será implacable con cualquiera que se atreva a utilizar los datos clasificados del centro para hacer negocio. El caso de este «topo», que podría ser juzgado por los delitos de traición y revelación de secretos, está ahora en manos del juzgado de instrucción número 48 de Madrid, cuyo titular, Baltasar Fernández, decretó el secreto de la investigación. La decisión del Ejecutivo de airear un asunto tan delicado como una traición dentro del CNI no tiene precedentes, lo mismo que el gesto del director del servicio secreto, Alberto Sáiz, de comparecer en rueda de prensa para explicar el caso. El líder del PP, Mariano Rajoy, denunció tras conocer los detalles la «falta de seriedad y profesionalidad» de Sáiz y resaltó que «no hay país en el mundo» en que el jefe de los espías actúe así. Pero ese comportamiento no fue casual, aseguran fuentes gubernamentales, que explican que el Gobierno quiso lanzar con la detención de Flórez «un aviso a navegantes» para disuadir a otros posibles «topos» de convertirse en agentes dobles al servicio de otras potencias. De igual modo, el Ejecutivo concibió la jugada como una advertencia a otros servicios secretos que puedan estar tentados a comprar espías españoles. «Somos gente seria y no vamos a consentir que nadie lo ponga en duda», resaltan estas fuentes. El Gobierno no ha querido desvelar qué clase de información vendió Flórez a Rusia, y ha centrado sus esfuerzos en dejar claro que las fugas de información en el CNI están cerradas y la seguridad nacional no está en peligro. Las fuentes consultadas sostienen que airear esos datos «pondría los pelos de punta» a mucha gente. De momento, el CNI ha tenido que proteger a algunos agentes que podrían esta 'quemados' y cambiar sus procedimientos y protocolos de actuación. Encarcelado El ex espía Roberto Flórez fue detenido en Tenerife el pasado 24 de julio. Tras negarse el acusado a declarar ante la titular del juzgado de primera instancia número 3 de la capital canaria, donde residía desde que dejó el servicio secreto en 2004, la juez se inhibió del caso. La causa fue remitida al juzgado de instrucción número 48 de Madrid por ser delitos cometidos en la capital, en la sede central del CNI, donde fue robado el material secreto que después fue vendido a los rusos. Por esas fechas, Flórez ingresó en la cárcel madrileña de Alcalá-Meco, en un módulo especial que acoge a miembros de las fuerzas de seguridad, aislados del resto de los presos. El acusado fue conducido en una ocasión ante el juez de Madrid para ser interrogado, pero se acogió a su derecho de no declarar como ya había hecho el 25 de julio ante la juez de Tenerife. El director del CNI, Alberto Sáiz, detectó la traición de este ex agente en la primavera de 2005, un año después de su llegada «la Casa», tras producirse «un acontecimiento» que le hizo pensar que podía haber una fuga de información. Un posterior análisis de otros sucesos acaecidos hasta esa fecha le convenció de que tenía un «topo» en el centro, y decidió actuar. Tras informar del caso, se comprometió a comparecer ante la comisión de secretos del Congreso para explicarlo a los grupos políticos, pero la fecha de su visita a la cámara aún no ha sido fijada. A día de hoy, el PP asegura que no se cree estos hechos y cree que el caso fue «una cortina de humo» del Gobierno para tapar otros asuntos.