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Primer cliente, el Estado

Tanto si se ponen de acuerdo como si no el Gobierno y las administraciones autonómicas, el futuro del sector está en las subvenciones públicas

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A. Núñez - león
León

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Las empresas de atención a la tercera edad prefieren no hablar de jubilados hasta pasar de los setenta años con la actual estadística de esperanza de vida, porque su número crece casi tanto como los nietos. En lo que va de década se han multiplicado por dos y ahora están a la espera de la llamada Ley de Dependencia del ministerio de Bienestar Social, cuyos potenciales clientes son decenas de miles de personas, sólo en la provincia de León. Los que van a pagar son, a medias, los nietos y el Estado. La secretaria de Estado de Bienestar social, la berciana Amparo Valcárcel, ha prometido residencias para todos, pero topa con dos problemas serios: el primero es que su ministerio no tiene ni un duro y el segundo es que quien tiene que poner los duros son las autonomías, en este caso la Junta. Cuando se les pregunta a los empresarios del sector se limitan a decir que no saben/no contestan, aunque, si la cosa saliera bien, multiplicarían su negocio varias veces. Los números son una incógnita, como los presupuestos. Según el presidente de la patronal del sector, Miguel Escudero, no hay nada claro hasta que no se llegue a un acuerdo entre las distintas administraciones públicas, aunque de momento se está haciendo un censo de posibles beneficiarios y clientes, que arrojan la nada despreciale cifra de diez mil o tal vez más, dependiendo del grado de dependencia. El ministerio de Trabajo calcula que para todo el territorio nacional la nueva normativa podría crear no menos de 300.000 empleos subvencionados, de los que «no menos de cuatro mil o cinco mil corresponderían a la provincia de León, a mayores de los de ahora», teniendo en cuenta los índices de envecimiento de la población. Este año, de momento, la futura ley está sólo en fase de promesa electoral, a la espera de que se desarrolle y concrete su letra menuda en los correspondientes convenios con las autonomías. De cualquier forma las empresas del sector dan por seguro que en el futuro está en las ayudas públicas para este tipo de establecimientos, ya sean residencias, locales de día o, como se dice vulgarmente, a media pensión. De lo que se decida en los próximos meses pueden depender, curiosamente, no menos de otros cinco mil empleos o tal vez más, porque el cuidado a la población anciana se ha convertido en uno de los negocios con mayor demanda. Es la diferencia en la economía local en lo que va de ayer a hoy.

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