Los socios de Zapatero critican las cuentas

Injusto, oportunista, voluble, interesado... A José Luis Rodríguez Zapatero le llovieron ayer las críticas. Y no sólo desde la bancada del PP. Ni uno sólo de los portavoces que se dirigieron al presidente del Gobierno durante la sesión de control parlamentario dejó pasar la oportunidad de echarle en cara su modo de gobernar. El primero en tirar la piedra fue en esta ocasión el portavoz de IU, disgustado por el, a su juicio, cariz «electoralista» de las cuentas aprobadas por el Ejecutivo para 2008. Llamazares anunció que su grupo planteará una enmienda a la totalidad del proyecto. Dijo que es «egocéntrico», que está plagado de «ocurrencias» y que se aleja de las políticas de izquierdas. Que se mueve entre «el giro al centro» y el «maquillaje social». Y que tendrá que cambiar mucho si quiere abrir con su grupo «una negociación digna de ese nombre». Zapatero negó la traición a la izquierda y subrayó que el gasto social ha crecido un 40% en tres años. Pero cuando apenas había salido del primer envite, llegó el turno de Erkoreka. Con ironía, el portavoz del grupo vasco puso sobre la mesa los traspasos de las competencias sobre cercanías a las comunidades autónomas y trató de sacar en claro si el Gobierno tiene intención de conceder a «quien lo pida» esa dádiva, como señaló en algún momento y luego matizó.El jefe del Ejecutivo avisó de que, por el momento, se atendrá sólo al diálogo ya abierto con la Generalitat aunque «con el mejor humor posible» dijo estar dispuesto al diálogo con otras comunidades. En esas estaba cuando se le abrió un nuevo frente reivindicativo desde la derecha de la bancada central. El portavoz del grupo catalán preguntó sobre las medidas que adoptará el Gobierno para paliar la pérdida de renta disponible de muchas economías familiares. Pero, de rondón, coló una crítica sobre el incumplimiento de la disposición estatutaria que prevé una inversión en Cataluña del Estado equivalente a su contribución al PIB. Zapatero aseguró que la previsión se cumple «escrupulosamente» en los Presupuestos para 2008. El cierre lo echó Rajoy. Tanto el jefe del Ejecutivo como el líder de la oposición llevan varias semanas enfrascados en el mismo debate. Un cruce sin fin de datos macroeconómicos por parte del Gobierno y de apelaciones a las dificultades de los ciudadanos para llegar a fin de mes por parte del PP.