El privilegio voluntario de jugar en el club de los grandes
El estado actual de la cuestión en lo que se refiere a potenciales bodegas de la Denominación de Origen Tierra de León es el correspondiente a una doble velocidad. Por un lado están las que muestran una total disposición a los avances, con voluntad y medidas, y otras que no están tan preparadas. «Pero es que esto no es obligatorio. El que quiera puede se denominación, si cumple. Hay 35 bodegas. Nos interesa que todas participen, pero no a costa de perder calidad,» advierte José Manuel Fernández Pastor. Este nuevo estadio requerirá de inversiones, aunque el propio Fernández Pastor cree que no de gran envergadura, si se tiene en cuenta que la D.O. siempre va a reportar beneficios. Y que, como señala con entusiasmo, «para la zona es entrar a formar parte del club de los grandes. Creo que no hay una noticia posible más importante para una zona vitivinícola», asegura uno de los artífices de que en una localidad como Gordoncillo se produjera lo que denomina como un cambio de tendencia al pasar de cultivar el cereal a pensar en nuevas plantaciones volviendo la mirada al vino. Pero ahora llegan nuevos tiempos y nuevos retos. «En un negocio sobresaturado», anticipa el gerente de Gordonzello, quien añade a este dato que el consumo per cápita ha bajado y que «por tres euros te puedes encontrar un vino decente», remata. Sí, pero en Tierra de León, el sueño del Cea, Los Oteros y Valdevimbre, hay más esperanzas aunque el negocio del vino en la actualidad viva momentos de incertidumbre. Será porque poseen una joya de la tierra, oro rojo para el vino, llamada prieto picudo.