El CNI busca espías leales, discretos y deseosos de servir a España con su oferta de empleo
«No es sólo un trabajo, es un estilo de vida». Ese es el eslogan que utiliza el CNI para animar a quienes aspiren a convertirse en espías a enviar sus currículos y presentar sus candidaturas a cualquiera de los empleos que ofrece desde el viernes en internet. La oferta incluye puestos muy sugestivos, creados para hombres de acción, relacionados con la obtención directa de información sobre el terreno y su análisis. Disciplina, trabajo en equipo, lealtad, discreción, dotes de comunicación y tolerancia a la presión son requisitos «imprescindibles» en estos casos. El CNI explica que los agentes operativos serán responsables de llevar a cabo las «actividades encaminadas a la obtención de información por medios, procedimientos o técnicas especiales en cualquier tipo de circunstancias». Para ello, requieren una especial «capacidad de concentración sensorial» -es decir, ser capaces de observar, escuchar y memorizar, a veces en entornos difíciles- y deberán tener «plena disponibilidad temporal». En cuanto a los requisitos académicos, basta el título de bachiller o equivalente. El servicio secreto busca, además, personas con formación universitaria, idiomas y conocimientos de informática para ocupar cargos de oficiales y técnicos de inteligencia. Su labor consistirá, sobre todo, en evaluar la información obtenida por los agentes de campo, analizarla y elaborar los informes que luego llegan al Gobierno. Para poder desarrollar estas tareas, la Casa busca personas con «capacidad analítica y pensamiento conceptual», «iniciativa», «flexibilidad» y «capacidad para las relaciones interpersonales». El CNI considera que esos perfiles encajan con el tipo de servicio de inteligencia que debe tener España, «dinámico, capaz de prevenir los riesgos y amenazas y de promover los intereses nacionales en el exterior». Los aspirantes a entrar en el centro deberán ser por ello «individuos que, independientemente de su variada procedencia y formación, tengan como elemento en común su deseo de servir a España». En esa labor, el ansia por proteger el interés común deberá primar sobre las aspiraciones personales, avisa. Sólo a la familia Los candidatos al servicio secreto, además, deben tener la nacionalidad española, ser mayores de edad, no haber sido antes expulsados de la función pública ni padecer enfermedades o defectos físicos. Los procesos de selección son largos, y pueden durar hasta un año desde el momento en que un aspirante es citado para la primera prueba. El CNI les pide que no comuniquen «a nadie, excepto a cónyuges o parientes muy cercanos» sus aspiraciones.