Hola soy Joan Clos

Pudo ser así: «¿Joan Clos? Hola soy Ignacio Tejera, presidente de la Fele, que es la Federación Leonesa de Empresarios. ¿Qué tal estás?». El golpe de efecto de Francisco Fernández para confirmar que el sueño del Palacio de Congresos cuenta con el apoyo de los empresarios leoneses lo dio el alcalde con un telefonazo. Y lo dio en medio de la reunión con el ministro Clos. «Tenemos a los empresarios», pudo decir también. «Pero los tenemos hasta por teléfono», debió rematar. Y Tejera se puso. Y la anécdota confirma que los sectores socioeconómicos leoneses deben mirar con audacia que el Crucero será un Eldorado alcanzable. Los socios de la Fele son uno de los colectivos a los que ya les atrae el gran proyecto de Francisco Fernández. Hasta Joan Clos preguntaba: «¿Y cómo va el tema de las plazas hoteleras? ¿Cuántas hay? ¿Y hay más previstas?». La expedición leonesa, con Francisco Fernández, Francisco Gutiérrez y Javier Chamorro a la cabeza, dejó claro que la iniciativa no surge para que se haga sola sino que es necesario implicar a toda la ciudad. León crecerá en calidad por el Crucero y por allí también se producirá la integración del AVE con la nueva estación. Por eso, ayer, los representantes municipales fueron a Madrid con la lección bien aprendida. Con ese primer capítulo que firma Perrault como autor del proyecto arquitectónico y del que Clos se quedó una copia. Y la despedida tuvo ese tinte de las ocasiones llamadas a ser repetidas. El ministro se mostraba amable con el tridente municipal. Primero, departió con el alcalde y después, conjuntamente con Gutiérrez y Chamorro. Les despidió con un fuerte apretón de manos. De regreso a León, en el duermevela de los que no conducen, más de uno seguro que soñó con el 2011, con permiso de Valladolid.